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El sexo entre personas con discapacidad: un tema tabú

El sexo entre personas con discapacidad: un tema tabú
05 de abril de 2015 - 00:00 - Andrea Rodríguez Burbano

La discapacidad no supone el fin de la vida sexual. Aunque aún es un tema tabú, cada vez hay más especialistas empeñados en propiciar el debate sobre el derecho que tienen las personas con discapacidad de dar y recibir placer.

Quizá el paternalismo excesivo o los miedos infundados que giran en torno al mundo de las discapacidades —ya sean físicas o intelectuales— han contribuido a fomentar una suerte de oscurantismo sobre este tema. En cierto modo, las necesidades y deseos de estas personas han sido prácticamente silenciados.

A esta problemática, se suma el hecho —no menos complejo— de que en muchos casos, estas personas requerirían la ayuda de una tercera persona para mantener relaciones sexuales. El desconocimiento sobre este tema también ha afianzado la idea errónea de que quienes padecen algún tipo de discapacidad no tienen sexualidad, aunque sepamos que es connatural al ser humano.

Por esta razón, muchos psicólogos se atreven a asegurar que los tabúes existentes discapacitan más que el propio grado de discapacidad.

Para Xavier Torres, vicepresidente del Consejo Nacional de Igualdad de Discapacidades (Conadis), en el país aún no se ha profundizado sobre este aspecto tan importante para la vida de cualquier ser humano.

“Las personas con discapacidad no somos asexuales y podemos mantener relaciones sexuales como cualquier otro ser humano”. Torres insiste en que es necesario promover el conocimiento de lo que significa la sexualidad de una manera integral. Además, considera necesario que las instituciones, cuya labor está relacionada con el mundo de la discapacidad reciban información adecuada para desarrollar programas de educación en este ámbito.

En este punto coincide Paola Erazo Robles, psicóloga del Centro de terapias integrativas Uruz, quien advierte que los mismos profesionales de la salud dejan de lado el tema de la sexualidad. “Se trabaja en rehabilitación y otros aspectos, pero en este tema no. Es absolutamente normal que una persona exprese sus deseos sexuales”.

Hoy en día, con la ayuda de diferentes métodos, los parapléjicos y cuadripléjicos, por citar un ejemplo, están en capacidad de disfrutar del sexo. Según los propios sexólogos, solos o acompañados, o con la ayuda de los juguetes eróticos, estas personas pueden experimentar erecciones. De hecho, se asume que la capacidad de tener una vida sexual va mucho más allá de la discapacidad: el sexo nace y muere con la persona.

Para Xavier Torres, la sexualidad es de por sí un tema tabú en muchas sociedades como la nuestra y si a este se le añade el componente de la discapacidad, lo es aún más. Hoy, a pesar del desconocimiento, muchas personas con diferentes tipos de discapacidad no encuentran impedimento para disfrutar de su sexualidad.

Para la psicóloga ecuatoriana Silvia Guevara, especialista en sexualidad, la lesión medular que muchos hombres y mujeres padecen no los inhabilita para sentir placer y llama a las personas a concebir la sexualidad de otra manera.

“La sexualidad no solo es penetrativa, es mucho más. Podemos dar placer, a través de todos los sentidos y no solo a través de nuestra genitalidad”.

Muchas personas con discapacidad no pueden hacer vida social porque su vida únicamente transcurre entre el ámbito familiar y médico.

Para ilustrar el tema, la especialista cita como ejemplo la película francesa Intocables, la cual narra la relación entre 2 personajes procedentes de entornos diferentes. Por un lado está Driss quien vive en un barrio obrero y, por el otro, Philippe, un hombre tetrapléjico culto y con mucho dinero. Este último contrata a Driss para que lo ayude y forjan una amistad. En una escena, Driss le pregunta a Philipe cómo puede sentir placer sexual y este le cuenta su secreto: las orejas son su mayor punto erógeno, es decir la zona que produce o es sensible a la excitación sexual. Es así como gracias a los servicios de una trabajadora sexual consigue sentir placer. En realidad, cualquier parte de la piel que reciba sensaciones es potencialmente erógena. Para los entendidos, algunas tienen mayor grado de sensibilidad como los labios, los pechos o el cuello, pero cualquier parte del cuerpo podría serlo”.

Intocables no es la única película que trata el tema. El filme español Yo, también relata la historia de un joven con síndrome de Down que se enamora de una compañera de trabajo; o Piedras que revela la vida de una mujer con parálisis cerebral que también se enamora de su cuidador. En esta línea, se destaca también la producción cinematográfica Las sesiones, basada en la historia real de un periodista y poeta californiano afectado de poliomielitis y confinado a un pulmón de acero desde su infancia. Al cumplir 38 años, decide que ya es hora de perder la virginidad y contrata a una terapeuta que le ayuda a afrontar sus necesidades afectivas y sexuales. Durante un número limitado de sesiones, el paciente gana en autoestima y aprende a disfrutar del sexo de una manera especial, siempre con la guía de la terapeuta.

Estas películas, como señala la especialista Silvia Guevara, ponen de manifiesto que la sexualidad no es solo genitalidad. “Tenemos la piel, el órgano más extenso de nuestro cuerpo que nos permite sentir placer. La piel es una maravilla en ese aspecto”.

Para esta sexóloga, el conocimiento del propio cuerpo es fundamental para sentir placer.

De hecho, insiste en que hay muchas formas de explorar el placer sexual sin la penetración y una de ellas es el petting o juegos previos, los cuales permiten una amplia exploración del cuerpo de manera lúdica y excitante.

La psicóloga Paola Erazo está convencida de que la sexualidad de las personas con discapacidad ha sido relegada.

“Hay personas que creen que solo necesitan recibir la atención médica adecuada y el afecto familiar, pero no advertimos que también sienten deseos sexuales. Sin duda, es un tema incómodo para la sociedad”. Pero, según ella, hay otro aspecto que impide que puedan mantener una vida afectiva y se trata de las pocas oportunidades que tienen de conocer a otras personas. “No siempre reciben el apoyo necesario para relacionarse con amigos o amigas que, de pronto, se encuentran en la misma condición y con quienes pueden empezar una relación. Están limitados a 2 entornos: la familia y los profesionales de la salud”.

Según un estudio desarrollado por la Unidad de Sexualidad y Reproducción del Centro Nacional de Parapléjicos, más del 85% de los hombres con lesiones medulares, la mayoría tetrapléjicos, consiguen tener algún tipo de erección, aunque no siempre son suficientes para mantener una relación satisfactoria. Incluso con este cuadro, las personas pueden mejorar su desempeño gracias a un conjunto de tratamientos médicos que pueden prolongar el período en el que se mantiene la erección.

Aunque los especialistas aseguran que la principal preocupación de los pacientes con lesiones medulares es recuperar la movilidad, tampoco desaparece el interés por recuperar las relaciones sexuales. Esto pone en evidencia que, al contrario de lo que muchos creen, las personas que quedan parapléjicas tienen muchas posibilidades de llevar una vida sexual digna. El secreto, al parecer, está en modificar los patrones habituales que se tiene sobre las relaciones y la respuesta sexual. Por este motivo, los sexólogos insisten en estimular las zonas erógenas libres de lesión medular como el cuello o la espalda y mantener relaciones sexuales basadas más en las caricias, la comunicación y las fantasías.

Sonia V. tuvo un accidente de tránsito hace más de 10 años y se desplaza en silla de ruedas. Con el transcurso del tiempo, logró una autonomía cercana al 90%. Solo en determinadas circunstancias requiere la ayuda de una tercera persona.

Esta ecuatoriana comenta que nunca pudo hablar abiertamente sobre sexualidad con sus padres. “Todos somos seres humanos y sentimos deseos de vivir su sexualidad abiertamente y la familia, a veces, se convierte en un obstáculo, porque me parece que para los padres es inconcebible que tengamos deseos y menos aún si estamos confinados a una silla de ruedas. Creo que piensan que no somos personas de carne y hueso”.

Sonia explica que por ahora tener relaciones sexuales no es su prioridad en la vida, porque tiene otras “cosas en qué pensar”, como finalizar sus estudios y conseguir un mejor trabajo. Aunque está enfocada en estos y otros proyectos, no descarta que en el futuro pueda encontrar a la persona con quien decida mantener relaciones íntimas.

Asegura que quiere independizarse de sus padres, porque pronto cumplirá 35 años y su vida actualmente está altamente controlada por su familia. Tiene un sueldo fijo que le permitirá arrendar un departamento en Quito.

“He aprendido a desenvolverme por mi cuenta, aunque todavía necesito ayuda para bañarme, sé que en algún momento lo haré sola.

“Todo el mundo tiene derecho a amar”, insiste Sonia quien conoce a un joven con síndrome de Down quien, hace poco tiempo conoció a otra persona con esta misma condición y se enamoró de ella. “Sé que los dos están felices. No entiendo porque la sociedad se hace tanto lío con este tema”.

Para los especialistas, el desafío al que se enfrentan todos los días las personas con discapacidad es mucho mayor que el del resto de la población. En muchos casos, las personas con discapacidad intelectual son un claro ejemplo de necesidades sexuales frustradas, porque quienes los rodean no consiguen reconocer, identificar y resolver sus deseos. El desconocimiento tiene, sin duda, mucho que ver con los actuales mitos que se tejen entorno a este tema.

ESTUDIO

¿Es posible que las personas que tienen lesión medular puedan tener hijos?

Los investigadores de la Unidad de Sexualidad y Reproducción del Centro Nacional de Parapléjicos, en España advierten que la gran mayoría de las personas con lesión medular pueden tener hijos. El investigador Antonio Sánchez Ramos explica que casi el 100% de las personas parapléjicas o tetrapléjicas sí pueden tener hijos.

A ello añade que “hay que diferenciar en los varones la técnica que se utiliza. Todos ellos pueden eyacular, el 5% lo hace de forma natural y el 95% pueden conseguirlo con ayudas”. ¿Y qué métodos se utilizan para ayudar en la eyaculación? “Un vibrador peneano que se pone en la zona del frenillo y únicamente es para provocar un estímulo, no es un vibrador normal con el que se sienta placer. También se puede llevar a cabo con el electroestimulador rectal o con medicación”, dijo Sánchez. Los especialistas coinciden en la importancia de educar a la sociedad en general en su manera de entender el sexo; el sexo no es penetración con finalidad de tener un orgasmo, va mucho más allá. (F)

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