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El Telégrafo
Eduardo Jurado

Si no agregan valor, restan

19 de enero de 2018 - 00:00

En una economía con moneda propia, un banco central gestiona la oferta monetaria con el fin de: lograr la estabilidad de los precios, ayudar a gestionar las fluctuaciones económicas y, en algunos casos, apoyar el pleno empleo. Los bancos centrales en países con política monetaria pueden incrementar la oferta de dinero y situar las tasas de interés de corto plazo. Pueden también tener otras tareas, además de emitir billetes y monedas: actuar como banco para los bancos comerciales; asegurar el buen funcionamiento de los sistemas de pago (encaje); gestionar las reservas en moneda extranjera; e informar sobre el comportamiento de la economía.

El Banco Central de Ecuador (BCE) desde su nacimiento hasta el año 2000 fue el banco emisor del sucre. Muchos ecuatorianos que por primera vez votarán en las próximas elecciones no conocieron el sucre y seguramente ignoran que quien gestiona la oferta monetaria del dólar estadounidense es la Reserva Federal de EE.UU. y no el BCE. Como en dolarización no existe la función de emisión, la reserva monetaria es de terceros, y el crédito lo otorga el resto del sector financiero, no se requiere de un banco central y mantenerlo es innecesario. Esto lo mencioné en el Primer Congreso Ecuador Compite el 5 y 6 de noviembre de 2001.

Tras el proceso de adopción del dólar por parte del Gobierno ecuatoriano en junio de 2001, el BCE redefinió sus funciones, que disminuyeron sustancialmente. Según su sitio web, estas se limitan a “posibilitar que las personas dispongan de billetes y monedas”…“facilitar los pagos y cobros que las personas realizan en efectivo”…“evaluar, monitorizar y controlar la cantidad de dinero de la economía”…“revisar la integridad, transparencia y seguridad de los recursos del Estado”… y “ofrecer información para la toma de decisiones financieras y económicas”.

¿No parece un despropósito que más de mil funcionarios en el BCE hagan aquello que otras entidades, como la Superintendencia de Bancos, el Ministerio de Finanzas, la Corporación del Seguro de Depósitos, el INEC, la Corporación Financiera Nacional y los bancos privados ya hacen?

En 17 años de dolarización, con este gasto redundante, por ejemplo, se pudo haber construido la autopista Quito-Guayaquil, o se hubiera podido edificar el doble de escuelas del milenio que hoy existen, lo que a su vez habría generado externalidades positivas a la economía. Las instituciones deben existir porque con el dinero de los contribuyentes agregan valor a la sociedad en su conjunto y no lo contrario. ¡Si no agregan valor, restan! (O)

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