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El Telégrafo
Carlos Aznarez

Homenaje

Carlos Aznares
27 de noviembre de 2017 - 00:00

Fidel plantó la semilla y muchos nos dimos por aludidos. Habló una y mil veces de la necesidad del debate de ideas, de avanzar en la construcción de la unidad a partir de discutir de igual a igual quiénes son nuestros enemigos, qué grado de influencia tienen sobre las sociedades y cuáles son nuestras armas para la resistencia y tiempo y después poder pasar a la ofensiva.

Ese debate es lo que el Comandante proclamaba, y ponía siempre por delante el ejemplo del pueblo de Cuba y todo lo que se fue construyendo a partir de su aporte y compromiso.

De allí, de esas señales inequívocas, es que, después del impacto que significó para todos la partida de Fidel, decidimos unánimemente poner en marcha las Cátedras Fidel Castro.

Por un lado, para profundizar en sus enseñanzas teóricas pero también recogiendo el ejemplo de su práctica revolucionaria permanente. Estudiar su legado y destacar del mismo los puntos esenciales que puedan servir a la militancia antimperialista y anticapitalista para afianzar su lucha y generar avances superlativos a corto, mediano y largo plazo.

Así fue lanzada en Buenos Aires la primera Cátedra, desarrollando un programa mensual, cuyo primer año, habrá de culminar a fines de noviembre. 

Al calor de esta primera experiencia, en Argentina surgió otra en la Patagonia y una tercera en la provincia de Córdoba. Casi al mismo tiempo, nació la Cátedra Fidel Castro en Colombia y posteriormente una en Guatemala.

En cada uno de los capítulos o clases que abordamos desde las distintas Cátedras, se reafirmó la idea de que transitamos por tiempos difíciles, en que el capitalismo salvaje se ha adueñado de varios países del continente. Gobiernos de derecha reemplazan a otros de carácter progresista mediante votos o golpes de Estado palaciegos.

En esta instancia, volver a estudiar a Fidel se hace imprescindible para rearmarnos ideológicamente. De poco serviría tener impulsos y una práctica de confrontación si no tenemos en claro hacia dónde queremos conducir toda nuestra lucha.

Primero, es necesario fortalecer nuestra formación, segundo, poner en marcha tareas de organización. Por último volcar todo lo teorizado que apunten hacia el objetivo a alcanzar. (O)  

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