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El Telégrafo
 Atilio Borón

El “golpe blando preventivo”

08 de diciembre de 2017 - 00:00

La interminable epidemia de “golpes blandos” propiciada por la Casa Blanca se ha ensañado una vez más con Honduras. Fue allí, en 2009, donde por vez primera se aplicó esta metodología una vez que fracasara el golpe militar tradicional ensayado un año antes en Bolivia.

A partir de ahí los gobiernos indeseables de la región serían barridos por un letal tridente conformado por la oligarquía mediática, el poder judicial y los legisladores, cuyo “poder de fuego” combinado supera el de cualquier ejército de la región. José Manuel Zelaya fue su primera víctima, a quien seguirían en 2012 Fernando Lugo en Paraguay y en 2016 Dilma Rousseff en Brasil. Bajo ataque están los gobiernos de Bolivia, Venezuela y Cuba, mientras que en Ecuador el viejo recurso del soborno y la traición unidos a la técnica del “golpe blando” parecen haber detenido la Revolución Ciudadana de Rafael Correa. El objetivo de Washington con sus “golpes blandos” es regresar América Latina a la condición neocolonial imperante en la noche del 31 de diciembre de 1958, un día antes del triunfo de la Revolución cubana.

En el caso hondureño, el golpe funciona preventivamente, a través de un escandaloso fraude electoral que solo ha suscitado la crítica de algunos pocos observadores enviados por la Unión Europea. En cambio, la misión de la OEA, presidida por un demócrata de credenciales tan impecables como el boliviano Jorge “Tuto” Quiroga, ha consentido todas y cada una de las violaciones de la legislación electoral y las normas constitucionales del gobierno de Juan Orlando Hernández, heredero del golpe de 2009. Ya suman una docena los muertos por las protestas en Honduras, pero el Gobierno continúa su marcha, con la abierta complicidad del “canalla mayor” de las Américas, Luis Almagro, sus enviados y el aval de la “embajada” que jamás consentiría que un opositor llegara al palacio presidencial.

Los gobiernos democráticos de nuestra América deberán encolumnarse sin hesitar detrás de los reclamos de las fuerzas de la oposición para impedir la consumación de un “golpe blando preventivo”, como el que está en curso, hundiendo aún más a Honduras en una tremenda crisis nacional general. Por último, habrá que notificar al “canalla mayor” de las Américas, que algunas anomalías están ocurriendo en el proceso electoral hondureño, sacándolo de su bien pagada obsesión por monitorizar y desprestigiar al gobierno de Maduro y las elecciones venezolanas. (O)

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