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El Telégrafo
Nilda Garré

Armas para niños

16 de enero de 2018 - 00:00

El Ministerio de Defensa de la Nación (Argentina) acaba de sancionar una resolución que restituye la instrucción práctica con armas portátiles y calibre 22 a niños, niñas y adolescentes que cursan en los liceos militares entre el cuarto y el sexto año del secundario.

La medida, deroga y modifica la totalidad de la normativa que desde 2010 hasta 2015 colocó estos institutos en el marco de la educación nacional pública de calidad, moderna y democrática, al servicio de la defensa nacional, y no de un sector marginal al verdadero desarrollo del militar profesional. Aquella restitución es solo una de una serie de peligrosas e irresponsables medidas relativas a la educación pública de niños y adolescentes en esos institutos. Mediante una fundamentación confusa, la decisión administrativa se opone, además, a la Convención Internacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes que prohíbe taxativamente el enrolamiento de niños y su preparación militar fuera de las escuelas militares propiamente dichas.

Resulta ciertamente irónico que en la nueva resolución se “propone” la asignatura llamada Diálogo Intercultural considerando que simultáneamente se les enseñará a los niños a manipular armas de munición letal, un recurso que justamente se aplica cuando ya no hay “diálogo”. Esa materia desplazará a Problemáticas Ciudadanas y seguramente habilitará la enseñanza obligatoria del catecismo, que recientemente la justicia rechazó volver a instalar en la educación pública salteña.

En rigor, los liceos militares penden de un artículo de la Ley de Personal Militar (1971), casi obsoleta, aprobada en una etapa histórica muy distinta, donde la doctrina de seguridad nacional dominaba la visión del enemigo interno, y el servicio militar era obligatorio. Es esa ley la que incluye a los egresados de los liceos, como figura de reserva de oficiales, entre otros. Pero esto guardaba sentido cuando la formación de un oficial de carrera apenas superaba la formación secundaria. En la actualidad la formación universitaria otorgada en las academias de formación de oficiales de carrera los acerca más a un licenciado universitario que a un egresado de un secundario, como es el caso de los reservistas egresados de los liceos.

Entonces la decisión en cuestión indica que la reestructuración hacia la supuesta profesionalización militar que el actual gobierno encara, es falsa. Al contrario, si de esto se trata exhibe un irresponsable uso de los recursos del Estado y una actitud negligente hacia los niños, niñas y adolescentes. (O)

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