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César Paz-y-Miño

Violencia: ¿genes o cultura?

08 de abril de 2017 - 00:00

Los últimos acontecimientos sociales en Ecuador generan preguntas científicas. La principal: ¿La violencia y el poder tienen origen en los genes? Hay al menos una teoría que lo aclara.

El sociobiologismo es la teoría que se quiere imponer como explicación del comportamiento social y violento. Esta es una mezcla confusa entre los datos biológicos y genéticos, con los sociales y culturales. Su origen lo encontramos en el siglo XIX, y en la actualidad existen defensores. En los años 60 del siglo pasado, el sociobiologismo fue apoyado por los estudios antropológicos de Napoleón Chagnon, realizados en grupos socioculturales amazónicos. Este autor afirmaba que la violencia se hereda y que los más violentos tienen mejores oportunidades de sobrevivir y procrear. Sus estudios han sido cuestionados por muchos investigadores, quienes consideran que se confunde comportamiento cultural agresivo con violencia genéticamente determinada (6 genes han sido asociados con criminales violentos).

El sociobiologismo se sustenta tergiversando la teoría evolutiva, asumen que la supervivencia del más fuerte es el componente preferente en la adaptación al medio (socialdarwinismo). Evolutivamente la supervivencia del más fuerte se refiere a especies, no a individuos o sociedades. Desde la perspectiva cultural-comportamental, la violencia se explica porque en las sociedades se dan disputas de poder con diversos fines, como la expansión o el dominio, en donde el más ‘agresivo’ se impone.

Es un error aplicar las leyes de la biología y de la genética a la cultura, pues de ello surgen interpretaciones peligrosas, como el nazismo y el neonazismo, que parten del sociobiologismo y el socialdarwinismo. Estas corrientes pretenden justificar la codicia, el altruismo, la violencia, la guerra, etc., a través de cuestiones genéticas, olvidando las raíces históricas del poder, de las diferencias sociales, la pobreza, la riqueza y más. No hay genes para estas características. Las características de las sociedades humanas dependen de las estructuras económicas e históricas, en donde el entorno es clave. La violencia es impuesta o arrastrada y brota. No es genética.

El socialbiologismo y socialdarwinismo absuelven los actos de poder del mundo, a través de sus defensores conscientes o inconscientes. No hay alegato biológico para el poder o la ira, la violencia, soberbia o amargura. Las acciones que tomamos son actos voluntarios, pensados y más o menos analizados, por eso tenemos responsabilidad sobre ellos. Nada justifica la violencia; el intelecto debería controlarla y dominarla. (O)

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