La literatura científica sobre transgénicos (TG) es abundante y es imposible revisarla en su totalidad. Por eso, en ciencia se manejan criterios rigurosos para validar publicaciones. En el internet aparecen casi 4 millones de referencias sobre TG; una búsqueda más aguda las reduce a 15 mil, y hay 4.500 artículos científicos (PubMed) sobre TG y salud humana. ¿Cómo entonces saber que un artículo es válido o no?
Las investigaciones científicas serias aparecen en los “Journals” especializados, tras rigurosas revisiones para ser aceptadas como aportes al conocimiento y además tienen puntaje (de 30 a menos 1). El análisis de publicaciones de un tema es escaso, se llama metanálisis. Uno de éstos, realizado en 6 mil artículos relativos a TG, reduce a 17 los estudios que muestran datos convincentes. Su conclusión dice que no hay evidencias de que el ingerir productos transgénicos versus ingerir productos naturales produzca cambios importantes en la salud.
Los efectos en la salud por consumir alimentos transgénicos (según experimentos en animales y no en humanos), han sido atribuidos a la contaminación con pesticidas y herbicidas, y no exclusivamente al producto transgénico. Pese a que algunos trabajos han mostrado una asociación entre consumo de transgénicos y reacciones alérgicas, el número de alergias es similar al que produce cualquier otro alimento. Los estudios que han tratado de asociar los alimentos transgénicos con el desarrollo de cáncer, dan conclusiones similares.
Un último estudio de la universidad francesa de Caen sobre efectos de maíz TG en ratones (puntaje 3/30), ha sido muy cuestionado por la comunidad científica, debido a fallas en su diseño: sin datos comparativos, la muestra es pequeña, el estudio es largo al punto de evidenciar los problemas intrínsecos que estos roedores tienen a los dos años (aparecimiento espontáneo de tumores, no cáncer), descritos como supuesto efecto de la alimentación con maíz TG.
Por las deficiencias en las investigaciones sobre TG, mi posición como genetista y médico ha sido el apoyo y reclamo de investigación sobre TG, para tener datos confiables. Mientras tanto, no podemos creer a ciegas en nadie. De igual forma, frente a los intereses económicos y políticos sobre los TG producidos en el extranjero y manejados por transnacionales, la postura soberana del país debe ser realizar investigaciones que nos liberen del servilismo científico-técnico y del ecologismo dogmático que repite argumentos de otros negándose a investigaciones para conocer la verdad.
