El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Dr. Ernesto Samper, lanzó en Quito una imaginativa campaña comunicacional ‘Soy del Sur’, para promover dos valores fundamentales, deficitarios en la vida de nuestras sociedades: integración e identidad regional de los suramericanos.

Corresponde a una convicción que me acompañó mientras viví en el Norte, en Bélgica, durante mis estudios y en Estados Unidos, posteriormente; si bien admiraba sus valores patrimoniales, mi inclinación fue siempre por el Sur. Lo que veía de bueno en el Norte, deseaba que algún día se aplicara en mi patria. El Sur llegó a ser mi Norte. Prueba de ello, cuando me jubilé de las Naciones Unidas, no opté por llenar el formulario para obtener la ‘carta verde’ de residencia en Estados Unidos, que se nos ofrecía, porque no quería perder mi nacionalidad y regresé jubiloso a mi país del Sur.

Por este diario me enteré de que el objetivo con esta campaña es crear una identidad en los millones de suramericanos, integrar y proporcionar una voz para solucionar problemas, y de sus ejes de acción: “En lo social, cerrar brechas de desigualdad existentes y evidentes; en lo económico, implementar modelos de desarrollo para utilizar en forma óptima los recursos naturales que posee la región, y en lo político, fortalecer la identidad suramericana y los procesos democráticos con una amplia participación ciudadana”.

Me adhiero solidario a tan oportuna campaña que fortalece el sentido de pertenencia en los ciudadanos suramericanos, y que ayudará a Unasur a realizar el proyecto de ‘Ciudadanía Suramericana’ que impulsa.

Me inspira para hacerlo el Inca Garcilaso de la Vega, primer mestizo racial y cultural; supo defender su identidad con orgullo. Muy probablemente dolido por la poca consideración que se le tenía en el ejército por su condición de mestizo, dejó las armas, carrera que había escogido al llegar a la España de Felipe II. Sostenía, “aunque en Indias, si dicen sois un mestizo, lo toman por menosprecio, me lo llamo yo a boca llena”.

La identidad suramericana la compartimos ciudadanos del común, con muy queridos personajes como el expresidente José Mujica, Piero y, sobre todo, el papa Francisco, aunque hay prensa que tergiversa su adhesión: “El papa Francisco se une a la izquierda suramericana para protagonizar campaña”. No se trata de antagonismos, sino de dignidad de pueblo y humanismo integrador antihegemónico. Me lo llamo yo a boca llena, ‘Soy del Sur’.

Entiendo que la campaña va dirigida no solo a los más de 418 millones que actualmente vivimos en Suramérica, sino también a quienes han emigrado al Norte, muchos de los cuales sufren de discriminación, que incrementará en EE.UU., como cumplimiento de campaña del presidente electo.

Es de esperar que, como lo propone el secretario general, la campaña de Unasur nos ayude a ser más solidarios en lo social, más productivos en lo económico, más participativos en lo político y más orgullosos de ser ciudadanos suramericanos. (O)