La querida República de Cuba cumplió 59 años del triunfo del movimiento 26 de Julio que, en 1953, encabezó el célebre e inolvidable guerrillero Fidel Castro Ruz, que junto con su hermano Raúl iniciaron un 26 de julio en el mismo año de la insurrección, cuando asaltaron con un puñado de patriotas cubanos el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, y más tarde escribió el célebre alegato La historia me absolverá.
Muchos de los insurgentes fueron allí mismo asesinados por las tropas del dictador y sátrapa Fulgencio Batista, que usurpó el gobierno años antes, y convirtió a la isla mayor de las Antillas en una tiranía en la que asesinó a 20.000 hijos, jóvenes inocentes de la patria de José Martí. Esa revolución se convirtió en ejemplo para América y el mundo; desde entonces, cuando se habla de insurgencia, automáticamente se piensa en el ejemplo de Cuba.
Más tarde apareció un personaje que se convertiría en leyenda, de origen argentino, pero devenido en cubano, llamado Ernesto y bautizado como ‘Che’ Guevara. Se erigió en leyenda desde que desembarcó en el yate Granma y se convirtió en el barbudo más importante de esa historia, después de Fidel Castro. Desafiaron a los sucesivos gobiernos de Estados Unidos para hacer de Cuba Revolucionaria ejemplo del mundo. Y de allá a esta parte no existe movimiento de protesta e insurgencia que no tenga como emblema de su lucha la efigie de tan importante personalidad.
Como Fidel y su hermano Raúl, junto al ‘Che’, no existe rebelión alguna en el mundo que no esté inspirada en la gloriosa gesta, encabezada por estos personajes que son ejemplo para América y el mundo. Incluso, a pesar de la distancia que lo separa con África, personajes como Lumumba, Mandela y demás líderes de ese lejano continente se inspiraron en la isla maravillosa para instaurar sus luchas libertarias.
En el sur de América Latina, comenzando por Salvador Allende y continuando con Hugo Chávez, no ha habido en el continente un movimiento insurgente que no esté inspirado en la gloriosa Cuba, cuya influencia en los movimientos rebeldes dejen de tener inspiración en el proceso cubano. En el ámbito diplomático, en las Naciones Unidas, los discursos de los líderes provenientes de Cuba fueron ejemplo de transparencia y rebeldía para el resto del mundo.
Recientemente, el presidente Obama inició un proceso para reconocer a la Cuba revolucionaria, con todos sus derechos. El propio Trump tendrá que admitir la presencia de Cuba en el concierto mundial como ejemplo de dignidad y soberanía. (O)
