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El Telégrafo

Salud y tres principios andinos

27 de enero de 2013 - 00:00

Hay tres principios con los cuales el pensamiento andino ancestral contribuye a una concepción más integral de la salud colectiva intercultural: reciprocidad,  complementariedad y correspondencia.

La reciprocidad es la solidaridad del “prestamanos” y la “minga”. Los mandamientos del no seas ladrón, no seas mentiroso y no seas flojo aluden al principio de reciprocidad para el logro de la armonía entre los seres humanos.

La complementariedad es lo dual, como contrario a la “dicotomía” occidental que todo lo divide. Lo dual se refiere a elementos opuestos pero complementarios. Josef Estermann (“Filosofía Andina”, Abya Yala) señala que la “contraparte” de un “ente” no es su contrapuesto, sino su “complemento”. El principio de complementariedad enfatiza la inclusión de los “opuestos” complementarios en un “ente” completo e integral.

Corresponde al paradigma oriental del “Yin y Yang con el símbolo del círculo con las dos partes complementarias y correlativas”. Los ejemplos: cielo y tierra, Sol y Luna, claro y oscuro, verdad y falsedad, día y noche, bien y mal, masculino y femenino no son para el runa (persona en kichwa) contraposiciones excluyentes, sino complementos necesarios de una entidad “superior” e integral. Dice Estermann que “hay muchos indicios que permiten calificar la racionalidad andina como ‘dialéctica’”.

La correspondencia es del todo con las partes. Es inclusiva. La “contradicción” es una “contraposición” de dos entes que se integran en un “todo” que contiene los “complementos”. “Aunque la lógica siempre ha sido la piedra angular para la validez “universal” del pensamiento occidental, dice Estermann, no se puede inferir a priori que sus principios lógicos sean de valor supracultural; la teoría de la relatividad en la física ha demostrado que la física clásica (newtoniana) solo es un “paradigma” entre otros; y la teoría euclídica en la geometría también tenía que renunciar a su pretensión universalista y supratemporal”. Para el pensamiento andino la “individualidad” no existe, un hombre solo es un vacío, el “cogito ergo sum” es un absurdo.

Los tres principios son la esencia de la vida colectiva. Se trata de una racionalidad “del todo”, una relacionalidad integral que incluye, para el caso de la salud, el nivel familiar, el intercultural y el social. Si a esto se suma el cuidado de la naturaleza, se completa una cosmovisión que enriquecerá las concepciones de la salud colectiva.

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