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El Telégrafo
*Fernando Falconí Calles

Receta neoliberal en México

13 de enero de 2017 - 00:00

Para aplicar políticas neoliberales se necesitaron gobiernos autoritarios. Así ocurrió en los años 70, 80 y 90 del siglo pasado en América. Las oligarquías se sentían cómodas con las dictaduras; Colombia y México fueron la excepción, puesto que con gobiernos civiles y ‘democráticos’ masacraban sin ningún problema a sus opositores políticos.

Actualmente México atraviesa por un difícil momento de su historia, dado que el clásico ‘paquetazo’ neoliberal se completó con el  ‘gasolinazo’ como lo ha bautizado el pueblo. El gobierno de Peña Nieto ha restaurado la alianza estratégica con el sector privado local y con las transnacionales. Hay que dejar claro que las privatizaciones no son demandas populares en ningún país del planeta.

Como antecedente, en 1992, Carlos Salinas de Gortari impulsó la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos y Organismos Subsidiarios, que transformó a Pemex en cuatro empresas con el fin de que sean más ‘eficientes’: Pemex Exploración, Pemex Producción, Pemex Refinación, Pemex Petroquímica Básica. Varias empresas, varias cabezas.

Un modelo que se prestaba para el caos y la corrupción. La historia mexicana señala con claridad que las privatizaciones para lo único que han servido es para enriquecer a unos pocos y empobrecer a la nación entera. Por ejemplo, hoy se conoce con certeza que la privatización de Telmex sirvió para que el empresario Slim amasara una inmensa fortuna.

Las empresas que son propiedad del Estado son riqueza acumulada y pertenecen a toda la nación, pertenecen a su pueblo. Cuando se privatizan, esa riqueza va a parar en manos de un reducido grupo porque los intereses no son públicos. Cuando la banca privada -por ejemplo- tiene utilidades no hay ningún problema: van hacia los bolsillos de los accionistas; sin embargo, cuando hay pérdidas es el Estado el que tiene que pagar a los perjudicados. ¿Les suena familiar, amables lectores?

El salario mínimo en México a partir del 1 de enero de 2017 es de 73,04 pesos diarios que multiplicados por 24 días laborables suman 1.752,96 pesos mensuales. El valor promedio de la canasta familiar por persona es de 376,46 pesos; en tanto que la canasta personal no alimentaria promedio (transporte, vivienda, salud, educación, vestido) es de 1.561,00 pesos. Por tanto, para que un trabajador supere el umbral de la pobreza, debería ganar por lo menos 1.937,46 pesos mensuales.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), son 7 millones de mexicanos los que sobreviven con el salario básico. De acuerdo a cifras de la misma entidad, México cuenta con el salario básico más bajo de sus miembros (que son treinta y cuatro), dado que es inferior a un dólar por hora.

Así las cosas, el gobierno autoritario y privatizador de Peña Nieto aplica medidas económicas que no son otra cosa que la entrega de la soberanía y los recursos del país a las transnacionales. Una vez que Pemex quedó fuera de la comercialización de derivados y las empresas privadas comenzaron a manejarla, la gasolina sube de precio. ¡Qué casualidad! Estos dineros ya no van a la caja fiscal; van al libro de utilidades de las transnacionales.  

No cabe duda de que los 43 de Ayotzinapa acompañan al pueblo en sus multitudinarias manifestaciones de protesta. Hoy los mexicanos también piden que el presidente privatizador se vaya a su casa y no les cause más sufrimiento. (O)

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