Escribo este artículo sin conocer los resultados de las elecciones. Las encuestas pronosticaban la posibilidad de una segunda vuelta. Sea cual fuere el escrutinio, lo cierto es que las distintas fuerzas políticas tienen diferentes proyectos de país. Cabe una reflexión de estos y un balance sobre los avances y cambios ocurridos.

Se ha logrado estabilidad política, la obra pública es inmensa, ha mejorado el bienestar social y ha habido crecimiento. Es visible el aumento y mejora en la infraestructura física del país. Carreteras, puentes, aeropuertos, telecomunicaciones, hidroeléctricas, puertos, etc. han permitido notables avances en la vialidad, conexión digital, movilidad, comunicación, energía, etc., que son base para el desarrollo económico. Todo esto fue posible gracias al alto precio del petróleo, pero ahora, cuando bajó, hay que decidir si seguir construyendo más infraestructura.

El Gobierno decidió continuar, aunque eliminó algunos proyectos, pero con base en endeudamiento externo, generando presión sobre el servicio de la deuda pública. Con el actual déficit fiscal, debe decidir el próximo Gobierno, ¿priorizar los proyectos, relegar o parar algunos? La lección que nos deja la vulnerabilidad de la economía a los shocks externos es no solo depender de los ingresos petroleros para financiar la inversión pública.

Es palpable la amplia política social que ha permitido mejorar y aumentar la cobertura en educación, salud, vivienda, servicios públicos, seguridad, etc., que posibilitó el acceso de estos servicios a las grandes mayorías que mejoraron sus niveles de vida y muchos salieron de la pobreza. Esta política de redistribución del ingreso, basada -además- en subsidios, fue posible a la reforma fiscal que permitió financiar el alto gasto social. Con el déficit fiscal, le tocará al próximo Gobierno decidir si continúa o recorta esta política social.

En la visión del Gobierno, el Estado es motor de la economía, redistribuidor del ingreso y reformador de la institucionalidad, por eso creció su tamaño. La inversión pública fue el dinamizador de la economía  Esto fue posible con precios del petróleo altos, ahora con déficit fiscal el nuevo Gobierno debe decir si da prioridad al sector privado y al mercado. En lo institucional, el desafío será continuar, reformar o desmontar la reforma institucional que cambiaron las reglas del juego de la sociedad y grupos económicos.

De estos hay 3 claves: la reforma financiera, la Ley de Comunicación y la reforma fiscal. En lo político, hay varios temas que se tratarán en otro artículo.

En lo económico, se verá realmente el tipo de proyecto de país del nuevo Gobierno con el ajuste que deberá aplicar, por el alto déficit fiscal, y la reforma estructural. De esta, ¿dará prioridad al mercado (sector privado) o recorte del Estado a través de la privatización,  escasa inversión social o tijeretazo a la burocracia o ambas? ¿seguirán los sectores estratégicos? El ajuste implicará ¿recorte del gasto social (subsidios) o privatizar servicios públicos? ¿Es viable eliminar la reforma fiscal?  (O)