En el año que inicia se vislumbra un escenario complicado para el país. La economía continuaría con dificultades y, en lo político, se definiría al nuevo mandatario, asamblea y las medidas que aplicaría. Si bien, los factores externos e internos definen el rumbo económico, serán estos últimos y el resultado electoral los que incidirán en la economía en el nuevo año.
Respecto a los factores externos, el FMI pronostica para 2017 un crecimiento de 1.8% para EE.UU y una ligera caída de la UE con 1.5% (bajando más en Alemania y España); China disminuirá a 6.2% y A. Latina-Caribe se recuperaría con una tasa de 1.6%. Dada la mejoría esperada de precios agrícolas, ahora con el acuerdo UE, habría una leve mejoría de las exportaciones. La reducción de producción del petróleo de la OPEP y de los países no OPEP, alentaría los precios al alza, con lo que la inversión pública tendría algo más de recursos para sostenerse.
Dado el enroque de ministros y funcionarios funcionales y la vigencia del mismo monto del presupuesto, el gobierno continuará con su política de inversión pública financiada con deuda, por lo que le tocará al próximo gobierno aplicar el ajuste. La Cepal proyecta una contracción de -2% para el 2016 y un ligero crecimiento de 0.3% en 2017, pero eso dependerá del resultado electoral. El retorno al IVA al 12%, en Mayo, alentará en algo el consumo, la reconstrucción de Manabí y Esmeraldas, incentivarían la inversión pero la vigencia de la ley de plusvalía, las expectativas electorales, etc. incidirán en un cauteloso clima de inversión. Seguirá la estabilidad de precios (inflación anual a Nov/2016 de 1%).Si bien, continuaría el superávit comercial, en parte, por el leve crecimiento y salvaguardias, estás últimas tendrán que ser levantadas por los compromisos adquiridos en el acuerdo con la UE. El déficit fiscal seguirá alto (4.5% del PIB) pero las finanzas públicas continuaran con restricciones de liquidez y los atrasos se mantendrán. Los problemas de empleo inadecuado y de desempleo (set/2016, 6.6%) continuarán. Se esperaría que se eleve ligeramente.
El desempeño económico será afectado por el resultado electoral. En Mayo, con el nuevo régimen, según la tendencia política que gane, habría un nuevo escenario. Si es la derecha, aplicaría un fuerte ajuste con recorte de gasto e inversión pública, reducción del tamaño del estado (recorte a la burocracia, eliminación de entidades, etc.), reajuste del gasto social, etc. Si logra la mayoría en la asamblea se echaría abajo la reforma institucional del progresismo (AP) que implicaría nuevas reglas del juego en lo económico y financiero (derogación y reforma de algunas leyes). Las decisiones de inversión se aplazarían e incluso las extranjeras y con el paquete de medidas, vía shock, habría una contracción.
Si triunfa la centroizquierda, el ajuste (recorte del estado y gasto corriente) sería menos traumático priorizando la política social. Si gana el progresismo, seguiría el mismo rumbo, con ciertos cambios. En todo caso, cualquiera sea el que gane aplicaría el ajuste.
