Es la impresión que se siente en este momento: todo el mundo contradice a todo el mundo. Tal vez la sorpresa de mayor impacto sea la ruptura del movimiento Alianza PAIS, quedándose una parte minoritaria con Rafael Correa y la mayor parte pasándose al lado del presidente Moreno. Es de notar que no fue el Consejo Nacional Electoral que confirmó a Lenín Moreno como presidente legítimo del movimiento, a pesar de que una mayoría del buró político lo destituyó. ¿Dónde está la legalidad en todo esto?

Otros interrogantes salen de la consulta popular. El apuro presidencial para decretar la consulta sorprendió a más de uno, antes de que se dieran comentarios de la Corte Constitucional. Esta se queda callada hasta la fecha, a pesar de los cuestionamientos que les llegaban a través del canal de los amicus curiae. Esta expresión significa “amigo de la corte”, que hace “presentaciones escritas realizadas por terceros que ofrecen voluntariamente su opinión frente a algún punto de derecho para colaborar con la corte”. En una época de muchos diálogos llama la atención la falta de respuestas a estos “amigos de la corte”.

Es secreto a voces que la consulta busca cerrar el camino a la elección de Rafael Correa y a la vicepresidencia de Jorge Glas. Por esta razón, los que perdieron las elecciones se sienten los nuevos ganadores frente al alboroto del movimiento Alianza PAIS. Más felices no pueden estar los que presencian en seis meses lo que no pudieron hacer en 10 años. Van a poner muchísimo dinero para que se confirme todo esto con el Sí de la consulta.

En cuanto a Glas, su condenación confirma el afán de enterrar el correísmo, mientras exultan los medios de comunicación comerciales que siempre la presentaron como consumada y absolutamente necesaria. ¿No estaremos avanzando hacia un crecimiento del poder capitalista en nuestro país, peor que en tiempos de la Revolución Ciudadana?

En ese gran río revuelto que es actualmente Ecuador, se asoman los escondidos pescadores que quieren sacar sendas ganancias. (O)