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Rodolfo Bueno

Pesadilla evitable

28 de febrero de 2017 - 00:00

Pese a que algunos ecuatorianos son propensos a creer en pajaritos preñados, como ilusionarse conque por allá las cosas son mejores que por acá, y “corren aventuras y juicios” en busca del falso El Dorado, la pena de muerte prueba lo contrario. Mientras que hace más de un siglo en nuestro país no se asesina legalmente a nadie y antaño, en las épocas más tétricas de nuestra historia, fue rara la vez que se la aplicó, en EE.UU. no solo que la usan a menudo sino que la emplean como medio de coerción contra la gente progresista, prueba de ello son los casos de Ethel y Julius Rosenberg, luchadores por la paz, y de los anarquistas Sacco y Vanzetti, achicharrados en la silla eléctrica a pesar de ser inocentes.

Por eso, además del descalabro del feriado bancario, lo que más asusta al Ecuador de un hipotético triunfo de Lasso, es su inhumana amenaza de entregar a Assange a la injusticia gringa. ¿Habrase visto mayor barbaridad? Un mes para destriparlo, ponerlo en el pincho y cocinarlo a fuego lento. Ecuatoriano, “piénsalo bien por entero”, si en un país civilizado, que hace más un siglo abolió la pena de muerte, un candidato da treinta días de plazo para entregar maniatado a las fauces del lobo a un refugiado, ¿qué otras morrocotudas intenciones albergará en su incógnita mente?

Lasso en el poder, podemos imaginar esta pesadilla si somos lo suficientemente sabios para despertar a tiempo. En ella habría algunos despapuchos: se debe gobernar un país en ruinas y no hay fondos para nada, por lo que no queda más que bajar pensiones, cobrar por la educación y la salud, eliminar los subsidios a la vivienda, al gas, a la electricidad, a los combustibles y despedir a miles de improductivos empleados públicos. Duele el alma, pero no hay otro remedio. ¡Mentira! Es probable que solo se cumplan órdenes del Fondo Monetario Internacional.

Esas palabras en algo se asemejan a las que en Brasil pronunció Temer, al que la derecha admira; a las que en Argentina pronunció Macri, al que la derecha idolatra, y a las que tal vez hubiera querido pronunciar Mahuad, el que decretó el feriado bancario, y del que Lasso fue su ministro.

¿Acaso Ecuador puede olvidar que miles de enfermos murieron por falta de atención médica cuando sus ahorros fueron congelados? ¿Acaso Ecuador puede olvidar que sus hijos perdieron sus casas como consecuencia de ese fatídico decreto? ¿Acaso Ecuador puede olvidar a las miles de víctimas que ese nefasto decreto causó? ¿Acaso Ecuador puede olvidar que miles de ecuatorianos emigraron lejos de su terruño, luego de ser despanzurrados por ese decreto? ¿Acaso Ecuador puede olvidar los salarios de miseria que sus trabajadores devengaron como consecuencias de las medidas tomadas por los que ahora pretenden regresar al poder? ¿Acaso Ecuador puede olvidar que los pobres no pudieron alimentarse? ¿Acaso Ecuador puede olvidar que parte de la prensa apoyó con mil argumentos las medidas del gobierno de entonces? ¿Acaso los ecuatorianos somos imbéciles para imaginar que la oligarquía nos va a dar de comer, a dar educación, salud y vivienda, o nos va a tratar peor que a perros con sarna?
Ecuador, en tus manos está evitar el retorno de los buitres hambrientos, con tu voto consolida la democracia. Que tu decisión sea salvar el porvenir. (O)

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