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Rodolfo Bueno

Patentar el absurdo

11 de julio de 2017 - 00:00

Según la Casa Blanca: “Estados Unidos ha identificado la potencial preparación de otro ataque químico por parte del régimen de Assad que traería como resultado el asesinato masivo de civiles, incluido el de niños inocentes”. Y advierte: “Si, pese a todo, Mr. Assad realiza otro asesinato masivo empleado armas químicas, él y sus militares van a pagar un precio muy alto”. Ahora sí, llegaron a donde iban. El gobierno del presidente Trump está decidido a resolver los problemas internos con sus opositores, que quieren verlo muerto o fuera de Washington, impidiendo que el Ejército de Siria libere a su país de la injerencia externa y ponga punto final al régimen de terror implantado por el Estado Islámico (EI). María Zajárova, la inteligente portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, escribe: “Como habíamos advertido hace unos días, ha comenzado la campaña de propaganda sobre ‘el uso de armas químicas por parte de Damasco’. Habrá más videos así y de diferentes niveles de calidad: desde los de mala, como este, hasta los de nivel de Hollywood. Habrá muchas falsificaciones, la campaña será a gran escala con ciudadanos sirios supuestamente afectados por un ataque químico lanzado por Siria”.

Es que si se partiera de que el propósito de EE.UU. es terminar con el terrorismo, no se explicaría por qué sus actos lo fortifican; todo queda claro y en su lugar respectivo si se comprende que fortalecerlo es el propósito real. Por esta razón, el “Si, pese a todo…” de este comunicado más que una advertencia semeja ser la clave para concretar una amenaza que debería leerse: “Assad, no importa lo que hagan tú y tus aliados, hemos decidido bombardear y así lo haremos”. Por eso, el significado de la bonachona mirada de indignación de la representante del Departamento de Estado a la pregunta de si hay alguna prueba que confirme una acusación de tal calibre es: “Tienen que aceptar lo que decimos, y punto”. En el fondo, estos sectores belicosos necesitan de algo grueso con qué amarrarle las manos a Trump antes de su encuentro con Putin, y lo mejor son hechos consumados, que ojalá no se den, para que le diga, parafraseando las palabras de Nikki Haley, la representante de EE.UU. en la ONU: “No lo pudimos evitar, es nuestro destino manifiesto de escorpión”.

En este caso, lo que importa es simular que se llora por los niños sirios gaseados por el EI en Jan Sheijun (provincia de Idlib) el pasado 4 de abril, cuya autoría se achacó a Al Assad, pese a conocer su inocencia; según la Organización Mundial de la Salud, hubo más de 80 muertos. Entonces, el 7 de abril se ordenó bombardear con misiles de crucero una instalación importante en la lucha contra el EI, la base aérea siria de Shairat (provincia de Homs), desde donde habría partido la misión que dizque empleó armas químicas, pese a que Siria no las tenía ni tiene porque todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y fueron eliminados en 2016, bajo la supervisión de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), acto por el que a sus miembros se les concedió el Premio Nobel de la Paz.

El informe de la OPAQ dice que en Jan Sheijun se usó gas sarín, pero no indica ni quién lo empleó ni de qué manera fue usado, algo que tampoco han querido averiguar los que acusan a Siria, pese a las facilidades ofrecidas por este país. Veteranos de la CIA sostienen que el incidente se produjo luego de que la aviación siria bombardeara el área donde Al Qaeda guardaba armas químicas; los resultados de esta investigación fueron publicados en el Said del Centro Para Iniciativas Ciudadanas. Sin embargo, en el video que ha servido de prueba para acusar al Gobierno de Siria, se ve a los Cascos Blancos trabajar sin máscaras ni equipos de protección, pese a que se conoce que el gas sarín puede provocar la muerte por asfixia de las personas que lo respiran, lo que hace sospechar que se trate de la filmación de un montaje.

Las malévolas intenciones de EE.UU. obtuvieron el inmediato respaldo del presidente francés Emmanuel Macron y del secretario de Defensa británico Michael Fallon, quienes ofrecieron participar en cualquier ofensiva aérea contra las posiciones de Al Assad en el caso de que se usaren armas químicas. Dios los cría y ellos se juntan.
Por algo, Noam Chomsky, filósofo y lingüista estadounidense, afirma: “La ideología del neoliberalismo supuestamente expande nuestra libertad, pero de hecho, lo que hace es cultivar la tiranía... Es increíble, si usted critica esa línea política, significa que usted es ‘enemigo de Estados Unidos’… EE.UU. se aboca al abismo, mientras el mundo está tratando de hacer algo”.

Solo les falta patentar el absurdo. (O)

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