Así como en Ecuador muchos olvidan cómo quedó nuestro país hace 10 años, en Argentina una mayoría olvidó lo que acontecía en esa misma época. A fines de 2001, el enorme país del Cono Sur tenía una deuda externa de $ 144,5 mil millones, su Producto Interno Bruto (PIB) real había bajado 4,4% con respecto al año anterior, y uno de cada seis argentinos en edad de trabajar no tenía empleo.
De 2003 a 2008, hasta antes de la anterior crisis mundial, la economía argentina creció al 7,8% anual en términos reales y el desempleo bajó del 16,1% al 7,8%. Tanto mejoró la situación en la era Kirchner que los argentinos olvidaron la codicia de la derecha y volvieron a votar en noviembre de 2015 por los productores de la crisis de diciembre de 2001. Se olvidaron, pero Macri les refrescó la memoria.
Mauricio Macri apenas ha cumplido 100 días en la presidencia de Argentina, pero ya hay miles de votantes arrepentidos. Macri juró que no devaluaría la moneda, y lo hizo. Dijo que no habría ajustes ni despidos, pero los hubo. Sabía que abrir las importaciones golpearía a la industria argentina y, por lo tanto, al empleo; pero no le importó. Está siguiendo al pie de la letra las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), dejando salir los capitales y congelando salarios.
Despidos en el sector público y aumentos de tarifas de hasta 100% en transporte, sumados a alzas en otros servicios básicos y alimentos, complementan el pago de Macri a sus auspiciantes y la decepción de una parte de sus electores. Macri subió un promedio de 500% la electricidad y el agua (en Buenos Aires, hay que precisar), cerca del 300% el gas, y el precio de los combustibles a un ritmo de 6% mensual desde diciembre.
Después de 2001, la renegociación de la deuda se logró con la aceptación del 93% de deudores, excepto de los llamados buitres. Ese 7% consiguió, gracias a la justicia con intereses que también abunda en Estados Unidos, dos triunfos: en 2012, una corte de Nueva York ordenó a Argentina el pago de $ 4.650 millones (para los buitres, esto era una ganancia de 1.500%); y en 2014 ocurrió lo peor: el mismo juez ordenó increíblemente el bloqueo de pagos para Argentina. En adelante, ya no se podría pagar a los demás acreedores de la deuda (al 93%), mientras no se pagara todo a los buitres. Macri acaba de renegociar y los ‘pobres’ buitres apenas ganarán el 1.180% de su inversión inicial.
Macri, para colmo, encabeza la lista de latinoamericanos que tienen dinero invertido en paraísos fiscales según los famosos ‘Panamá Papers’, documentos revelados por el Consorcio Internacional de Periodistas Investigadores (ICIJ, en inglés). Aunque los voceros de Macri han indicado que “nunca tuvo ni tiene una participación en el capital de esa sociedad”, los documentos filtrados revelan que con su padre y su hermano formaron la sociedad Fleg Trading Ltd. en las Bahamas y los argentinos no reciben un peso de impuestos por ese negocio. Por cierto… al igual que millones de ciudadanos en el mundo, por la falta de control sobre los paraísos fiscales. (O)
