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Geovanny Vicente Romero

La tecnología como innovación

21 de mayo de 2017 - 00:00

El espíritu de innovación como una herramienta eficiente para colocar al ciudadano en el centro, hoy parece más necesario que nunca, pues, en definitiva, esa es la esencia de un buen gobierno y sobre todo, de uno que se considere y quiera ser llamado gobierno abierto.

Esta concepción surge de la premisa de que el ciudadano es el centro del universo de las acciones públicas, en otras palabras, un gobierno abierto busca satisfacer demandas de los ciudadanos y, más que demandas, le llamaríamos necesidades, pues cuando estas necesidades son satisfechas en un tiempo oportuno, razonable y prudente se obtiene un nivel de satisfacción óptimo y es aquí donde la administración pública se ve legitimada por la valoración de las personas.

De hecho se puede asegurar que con la ayuda de herramientas, como el gobierno electrónico, en cuestión de minutos se resuelven necesidades puntuales y, sin temor a la exageración, en muchos temas se puede dar servicio en tiempo real, un ejemplo de esto son las consultas que se brindan en línea a través de los centros de atención.

Dicho esto, para nadie es un secreto que la población reflexiona en tiempo real y exige en tiempo real, por lo tanto, debe recibir respuesta en tiempo real. Hoy en día no podemos pensar en la universalización de los servicios públicos si no asumimos el compromiso ciudadano de impulsar el desarrollo humano conjuntamente con las autoridades públicas. En este sentido podemos decir que una práctica digna de emular puede ser aquel proyecto conocido como ‘un portátil por niño’ (OLPC) y de esta manera se puede lograr una población alfabetizada digitalmente y con mayor acceso a las herramientas de la tecnología del siglo XXI. La tecnología como instrumento de innovación puede servir para abaratar los procesos que brinda el sector público, al mismo tiempo sabemos que impacta, de manera positiva, en la exclusión social por medio de políticas públicas de acceso equitativo, ya que el gobierno electrónico es una plataforma que está a la disposición de los más necesitados y garantiza derechos ciudadanos, como el derecho a saber.

Sin embargo, es necesario señalar que existen pocos desafíos para los gobiernos, como el de cumplir seriamente con sus ciudadanos y en un mundo con una población con acceso a internet cada vez más grande, debe fomentarse y desarrollarse el gobierno electrónico.

En América Latina, países como Uruguay representan un verdadero ejemplo de consistencia y compromiso gubernamental con el  fortalecimiento del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Podríamos decir que una de las mejores prácticas que algunos países implementan actualmente es la autoevaluación del índice de gobierno electrónico de las instituciones públicas, como un ejercicio de reflexión que permite a las naciones tener su propio promedio, previamente al diagnóstico realizado por los índices reconocidos de los organismos internacionales.

La República Dominicana es un buen ejemplo de aquello, ya que desde la Oficina Presidencial de Tecnologías de la Información y Comunicaciones se realiza periódicamente una medición de los portales institucionales del país estableciendo un ranking en cuanto a gobierno electrónico. Además, el Ministerio de Administración Pública (MAP) lanzó su Observatorio de Servicios Públicos, para monitorizar la calidad de los servicios y asistencia que recibe la ciudadanía.

Con este tipo de sistemas, las instituciones generalmente quieren competir para que sus gestiones sean bien apreciadas por la ciudadanía y algunas veces para ganar el favor del Presidente de la República, pero como sabemos, al final el ciudadano es el gran ganador cuando estas entidades alcanzan el nivel de excelencia.

Por otra parte, este país puede mostrar grandes avances en los resultados obtenidos en el proyecto del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad (911), cuyo éxito se ha debido esencialmente al uso de las TIC.

 Este servicio se maneja basado en normas, protocolos y estándares de calidad, utilizando tecnología de punta para la localización de las zonas críticas de la ciudad, mientras ayuda a la mejora de la cartografía dominicana.

Todo esto nos hace pensar en los grandes cambios que está experimentando el mundo, retos y desafíos que nos obligan a la constante actualización de las herramientas tecnológicas que tenemos para dar respuesta a los requerimientos del ciudadano, ya que los nuevos tiempos demandan un gobierno más cercano con la gente, un gobierno menos formal y más humano, que cambie sus elevados niveles de burocracia por procesos estandarizados que generen simplificación de trámites para las necesidades de los ciudadanos.

Sin embargo, tenemos que llegar a la reflexión de que gobernanza es un concepto mucho más amplio que el de gobierno y hace que el asunto se torne más complejo, pues hablar de gobernanza es hablar de la sinergia entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil y, por supuesto, los arreglos institucionales que se generan de estas alianzas. Lo anterior es la razón por la cual se requiere de un gobierno más integrado que fomente la participación y el involucramiento ciudadano como único medio de legitimación de sus acciones. (O)

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