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Pablo Salgado Jácome

La nueva Ley de Cultura y la enseñanza de las artes

25 de noviembre de 2016 - 00:00

Hay varios aspectos importantes en el texto de la nueva Ley Orgánica de Cultura y que, seguro, marcarán un nuevo rumbo para la institucionalidad cultural del país y la generación de política pública para el sector.

Uno de ellos es el Régimen Integral de Educación y Formación en Artes, Cultura y Patrimonio. Todos sabemos que las artes prácticamente fueron borradas de los planes de estudio en las escuelas y colegios del país. Apenas si en algunos establecimientos privados el arte cuenta con espacios optativos importantes. La nueva ley vincula a las artes con la educación formal y no formal y como un eje transversal a través de una programación de estudio por niveles de formación y sensibilización, “desde la primera infancia y a lo largo de la vida”.

De esta forma se repara un error monumental de la educación ecuatoriana. Las artes deben ser parte fundamental en la formación de nuestros niños y jóvenes. Solo así se podrá formar ciudadanos creativos, libres y con pensamiento crítico.

A través de la enseñanza del arte, el Régimen Integral pretende fortalecer las destrezas y expresiones artísticas. Para ello se deberá  implementar programas de formación y educación,  promover hábitos lectores, determinar perfiles profesionales para contar con talento humano calificado y coordinar con el Ministerio de Educación y la Senescyt, para promover una oferta de enseñanza en todos los niveles.  

La ley establece que los artistas y creadores podrán ejercer como docentes durante cinco años, tiempo en el cual deberán obtener su respectiva titulación.

A este régimen debe estar articulado el Programa Nacional de Formación de Públicos, que incluye el financiamiento para festivales, muestras, ciclos y otras actividades que permitan el acercamiento de la ciudadanía a las diversas expresiones culturales.

El otro aspecto importante de la ley es el Sistema Integral de Información Cultural. Ecuador, luego de diez años de Revolución Ciudadana, no cuenta con indicadores básicos del sector cultura. No se conoce el impacto de las propias inversiones en cultura del Gobierno en la economía nacional. Tampoco se conoce si los recursos económicos que se entregan, a través de los fondos concursables, dinamizan el sector cultural o se desvían hacia otros sectores. Una herramienta de este régimen será el Registro Único de Artistas y Gestores Culturales (RUAC). Este registro será voluntario.

Todas las instituciones públicas tendrán la obligatoriedad de entregar información. ¿La Supercom deberá transferir su plataforma de músicos al Ministerio de Cultura? El ente rector deberá crear una plataforma digital en línea, pública, gratuita y de fácil acceso a la ciudadanía.

También deberá crear un sistema de incentivos para la entrega de información. Esta plataforma digital en línea será una herramienta útil para la comercialización y activación de la economía de la cultura y es aquí, precisamente, en donde deberá estar alojada la famosa -y nunca terminada- Cuenta Satélite de la cultura ecuatoriana.

Hay un lamentable olvido en la ley, la promoción y difusión de las actividades culturales. Es un verdadero calvario para los grupos y artistas nacionales tener acceso a los grandes medios de comunicación -estaciones de televisión, por ejemplo- para la difusión de sus propuestas artísticas. Ni a los canales públicos, peor a los privados. Y los artistas deberán seguir mendigando un espacio, aunque sea marginal, en la televisión nacional, plagada de telebasura. (O)

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