Los medios públicos fueron creados en la década anterior frente a una necesidad de garantizar el acceso libre y masivo a la comunicación. Diario EL TELÉGRAFO se constituyó en el primer periódico que asumió este desafío como medio público. Desde que fueron creados los medios de comunicación, comenzando por la prensa escrita que encontró en la imprenta su mejor aliado, el periodismo se convirtió en una herramienta indispensable para narrar los hechos cotidianos y escribir las más intensas historias.
Hoy nos encontramos frente a un anhelo del presidente de la República, Lenín Moreno, de que los medios públicos alcancen a toda la sociedad. Para eso es necesario que se incorporen todas las voces dispuestas a aportar con ideas constructivas en esta nueva etapa de cambios y desafíos. En lo personal, siempre he sido crítico con el poder político, incluso con el actual Presidente, pero sí he reconocido sus aciertos, especialmente cuando fue Vicepresidente de la República y lideró las misiones Manuela Espejo y Joaquín Gallegos Lara, una iniciativa que nunca antes se había trabajado con tanta fuerza.
Siempre he trabajado en medios privados, entonces aún se discutía sobre el nacimiento de los públicos, pero ahora se me presenta la oportunidad de dirigir el diario más antiguo de Ecuador. Una de las enormes ventajas que encuentro es que este diario cuenta con un equipo profesional de gran nivel. En las páginas de opinión escriben personajes que tienen una enorme trayectoria en el periodismo y en el sector público y privado. Es necesario que las páginas de EL TELÉGRAFO sean refrescadas también con nuevas voces que coincidan con los anhelos que en la actualidad demanda la sociedad. Que esas voces sean convergentes con una sociedad que cambió, con un público que está informado, pero no se conforma y exige otra mirada de la realidad.
No hay verdades absolutas, somos un país diverso que muchas veces discrepa. Ecuador es uno solo y, por ese lado, los mensajes desde el poder han sido firmes y coherentes. El respeto a las ideas ajenas es una característica que siempre acompañó al presidente Moreno y resulta difícil no coincidir. Da la impresión de que ha llegado la hora de sumar, de unir al país que piensa de una forma o de otra, pero siempre con la idea de mejorar. Algunas cifras sobre el desempleo conocidas recientemente permiten ver que hay posibilidades de que la economía retome el ritmo de crecimiento positivo.
Los diálogos con todos los sectores de la sociedad, impulsados desde el primer poder del Estado, hay que aceptarlos sin prejuicios. Que un político escuche es positivo y ese sería otro de los ‘plus’ del Presidente que permiten volver a tener esperanza de un Ecuador unido, no solo por las tragedias, como el terremoto de Manta y Esmeraldas del año pasado, sino en torno a los problemas más acuciantes, como la pobreza. Aquí está un medio público dispuesto a apoyar las ideas positivas, no importa de dónde vengan, siempre que la propuesta construya nación, similar a la que este sábado vibró con una medalla de oro. Es presuntuoso, pero el reto final es hacer el mejor periodismo ciudadano a través del Decano de la Prensa Nacional. (O)
