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Edmundo Vera Manzo

Guillermo Lasso y la estupidez política

25 de marzo de 2017 - 00:00

Las cruciales elecciones del 2 de abril en Ecuador invitan a un estudio profundo sobre los candidatos y sus programas para que no se vote en forma estúpida: al azar, es mi amigo, me cae bien, habla bonito, es de mi ciudad, es guapo, es rico, etc. Son decisiones estúpidas. Diferente es votar porque se es del mismo sector social, económico y los negocios que se va a obtener en caso de que ganara Lasso. Estas últimas decisiones de los electores no son estúpidas, son coherentes a sus razonamientos, porque sencillamente responden a intereses.

Las personas que tienen una rica cultura, que tienen conocimientos teóricos o  prácticos sobre varios campos, son multifacéticos y que tienen reconocimiento público en varios campos, son  excepcionales, no es el caso de Guillermo Lasso, dedicado principalmente a hacer dinero en beneficio propio.

Con fecha 23-04-2017 publicamos en EL TELÉGRAFO la reflexión ‘Las mayores estupideces: utilizar la inteligencia al servicio de la explotación y la guerra’, el tema estaba planteado a nivel planetario, en la presente entrega se examina la decision del señor Guillermo Lasso, un banquero millonario, de querer ser presidente sin reflejar los intereses del pueblo, la nación y la patria ecuatoriana.

Guillermo Lasso, al aceptar ser candidato a la Presidencia de la República, aun sin ganar las elecciones, ya cometió una conducta de estupidez política, al creer que, por haber tenido éxito como banquero, puede llegar a ser un buen gobernante. El error de razonamiento estúpido se da, al igual como le ocurre a personas de diferentes campos, debido a que el éxito en un aspecto social, productivo, científico, etc. no garantiza que vaya a tenerlo en otro campo, y en nuestro caso, que pueda ser un buen o excelente presidente. Ser un buen o excelente presidente de una nación no es lo mismo que ser un buen banquero.

Un buen presidente se destaca por su servicio al bien común y, en especial, a los más necesitados. Un buen banquero es el que hace obtener muchas ganancias económicas al dueño o los accionistas. Las estupideces en cualquier campo se producen cuando el que triunfa y tiene prestigio ganado en un sector, extrapola su razonamiento a otra área donde no tiene conocimientos suficientes ni condiciones personales; el ego -ser dominado por las emociones en las decisiones e ignorancia en el tema- conduce a razonamientos defectuosos, que los hacen decir y hacer cosas incoherentes, absurdas; dan un salto al vacío, lo que es un verdadero desastre, dejan perplejos y preocupados a quienes examinan sus comportamientos; además de ser ridículas sus opiniones, son una vergüenza y un peligro para la sociedad, que en el mejor de los casos invitan a reírnos de ellos y en el peor abochornan por las propuestas desconcertantes e insólitas.

Las decisiones y actuaciones estúpidas, donde son más peligrosas, son en la política, porque el daño afecta a muchas personas: una localidad, región, país, toda la humanidad y el planeta.

Una aclaración: las decisiones y actuaciones estúpidas las cometen solamente las personas inteligentes y muy inteligentes, que por egocentrismo, sobrevaloración e ignorancia se atreven a hacer o decir insensateces. Para evitar la estupidez, las personas deben aportar en lo que tienen más conocimientos. En caso contrario, las estupideces que cometen en la política, niegan y dañan la imagen de las cosas buenas que hayan realizado en otras áreas de su vida. Lo mejor que le puede pasar al señor Guillermo Lasso es perder las elecciones presidenciales, en caso contrario, lo más probable es que vaya a formar parte de la lista de los sepultureros de la patria. Pueblo ecuatoriano: evita la estupidez demostrada y que se repita y se multiplique la tragedia del salvataje bancario. (O)

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