Ecuador, 18 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Erika Sylva Charvet

¿Golpes suaves hacia golpes duros?

20 de diciembre de 2016 - 00:00

La violencia contra Delcy Rodríguez, canciller de Venezuela, en la Cancillería argentina, es algo más que un acto bochornoso. Constituye la expresión de un ejercicio de poder contra la integración latinoamericana, el Gobierno y Estado venezolanos y los procesos progresistas y revolucionarios del continente.

El cerco contra la integración empezó con el golpe parlamentario contra Lugo en Paraguay (2009), avanzó con el reducido triunfo de Macri en Argentina (2015) y se consolidó con el golpe parlamentario contra Dilma en Brasil (2016). Al parecer, estos libretos nacionales ilegales e ilegítimos se están siguiendo al pie de la letra en el escenario internacional, si consideramos los pretextos ‘legales’ aducidos por Paraguay, Argentina y Brasil para ‘suspender’ a Venezuela como miembro pleno del Mercosur a fin de impedir que asuma su presidencia pro tempore y obstaculice su agenda neoliberal y colonialista.  

Estos fueron los pasos previos que dieron en el marco de la diplomacia tradicional para legalizar la no invitación a Delcy Rodríguez a la reunión de cancilleres de ese organismo este 14 de diciembre. La respuesta de ella de presentarse en la Cancillería argentina rompiendo los moldes de la diplomacia tradicional, y la forma en la que fue recibida con piquetes policiales y equipos antimotines, puso en evidencia la reproducción del golpe suave en el escenario de la integración latinoamericana.

Este recibimiento pretendió también golpear al gobierno de Nicolás Maduro, al convertirse en caja de resonancia de la derecha venezolana, acogiendo su discurso sobre ‘violaciones de los derechos humanos’ como otro pretexto para excluir a Venezuela del Mercosur, ¡como si Cartes, Macri y Temer pudieran tener autoridad moral para hablar de derechos humanos!  Además de ello, la forma humillante en la que la Canciller fue tratada constituyó una forma de expresar odio y aversión contra el Estado venezolano, contrario a todo respeto a la autodeterminación de los pueblos, pues ella representaba en territorio argentino la soberanía estatal de su país.

Pero el hecho de que un policía le haya “golpeado de mala manera” y que “un piquete” le haya agarrado y forzado el brazo para que salga de la Cancillería argentina, además de patear a su comitiva, es algo que no pudo darse sin una orden superior. Y que, por ende, va más allá. No solo es violencia física. Es, además, violencia simbólica, porque está llena de sentidos, porque manda un fuerte mensaje: que están dispuestos a todo, con tal de destruir los procesos progresistas y revolucionarios de la región y de recuperar todos los espacios para consumar su agenda colonialista.  

En suma, la lectura es que los golpes suaves son solo una estrategia para llegar. Pero, una vez que llegaron, están dispuestos a todo para mantenerse. ¡Qué legalidad ni qué legitimidad! Las han botado al tacho de basura. No nos engañemos pensando que en esta coyuntura histórica la democracia podrá seguir conviviendo mucho tiempo con el neoliberalismo colonial en nuestro continente. (O)

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media