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El Telégrafo
Gustavo Pérez Ramírez

Despropósito contra un proyecto cultural histórico

07 de noviembre de 2017 - 00:00

Entre quienes mejor han entendido y aplicado a su trabajo el complejo legado científico, cultural y político de Jorge Eliécer Gaitán, se cuenta el famoso arquitecto francés, radicado en Colombia, Rogelio Salmona, uno de los más valorados y destacados en América Latina.

En 1979 fue elegido para que, en consulta permanente con Gloria Gaitán, hija única del líder, fuera diseñando un innovador conjunto cultural arquitectural, como espacio público, incorporando el monumento nacional en que se había convertido la última morada del gran líder, y dos manzanas aledañas, declaradas de utilidad pública. Debía cumplir el papel de gestor y formador de una cultura participativa, por la cual luchó Gaitán, poniendo en práctica el principio de que todas sus iniciativas y tareas se fundamentaran en lo que denominó acciones colectivas.

El paradigma propuesto por Gaitán fue: Queremos la democracia directa, aquella donde el pueblo manda, el pueblo decide, el pueblo ejerce el control sobre los tres poderes de la democracia burguesa. Todo esto exige trabajar honda y apasionadamente en el cambio de una cultura que despierte en el pueblo voluntad para regir directamente sus destinos y exige profundo cambio constitucional.

El proyecto fue inscrito en el Banco de Proyectos de Planeación Nacional como complejo cultural arquitectónico, denominado ‘Exploratorio Nacional’. En carta de 22 de octubre de 2004, Salmona dejó la descripción de su visión: “La imagen de Gaitán la he asociado constantemente con un grito violento, un grito que conmovía a la gente y que me conmovió. Al enfrentar el proyecto, esa imagen se asoció a una plaza pública, con un espacio popular en el que la cultura adquiere un carácter público. Se puede hablar de arquitectura activa, de aquella que hace el lugar, que invita a participar”.

La misión del Exploratorio, en palabras de Gloria Gaitán, se centra en la investigación, el desarrollo, la programación, el diseño y la aplicación de metodologías innovadoras, que permitan modelar una nueva cultura, que impulse en el pueblo el ideal de mi padre de configurar una cultura participativa.  

Tan genial concepción estaba en gran parte ejecutada, cuando por  Decreto 271 de 2004, el gobierno de Álvaro Uribe liquidó el Exploratorio, a pesar de que la Ley 45 de 1948 rendía homenaje a Jorge Eliécer Gaitán, y ordenaba la construcción de un monumento en el pórtico de la que fuera su última morada, denominado inicialmente Centro Gaitán, que luego, mediante la Ley de Honores 425 de 1998, tomó el nombre de Exploratorio Jorge Eliécer Gaitán. Es un colosal despropósito, por decir lo menos, haber paralizado las obras a cargo de la nación, y haber llegado al extremo de prohibir a Gloria, sus hijas y familiares, el ingreso al lugar, así sea para visitar la tumba.

El complejo cultural ha quedado prácticamente abandonado y en deterioro, aunque encomendado a la Universidad Nacional. Se pretende aplicar el memoricidio, a fin de enterrar el pensamiento del líder popular, tal como lo expresó sin ambages el Alto Comisionado de ‘Paz’, hoy prófugo de la justicia.

Esperamos que en un futuro próximo se superen los problemas, para darle vida al Exploratorio con muchedumbres de jóvenes, mujeres, trabajadores, obreros y seguidores de Gaitán, que pondrán los cimientos de una cultura participativa, preámbulo a la instauración de una democracia directa. (O)

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