Poesía
Tania Favela: el silencio (entre paréntesis)
En estos poemas hay una voz o dos que van más rápido, que se adelantan, como un pensamiento (o varios) en segundo plano, y que dan forma o completan o reinterpretan. Y es como si el silencio hablara entre paréntesis y aclarara los versos o los transformara. En términos musicales (una melodía distinta, menos monótona y menos sencilla) imagino dos o tres instrumentos (o voces) perfectamente afinados, que logran combinarse en una única melodía; pero uno de ellos avanza más rápido, mientras otro reproduce notas lentas, pausadas, y un tercero se mantiene definiendo la base del ritmo, como un bajo. Y a veces el último acelera y otro se detiene casi a un punto del silencio. Todos se acompañan y llegan finalmente al oído al mismo tiempo (gracias a un equilibrio con la textura del fondo). Este encuentro entre ritmos (y alturas), este fluir de unos más rápidos que otros (reitero) —que se complementan y unen—, es la esencia de estos poemas de Tania Favela Bustillo.
Y pese a estas complejidades, es una poesía que busca captar lo esencial, que canta en voz baja: «Como si no pasara nada/ pero todo pasa/ un susurro al oído —eso es todo— el aliento cálido que entra/ —el caracol que se estremece—». Son cuadros o fotos de pensamientos o sueños, que presentan imágenes rápidas o maneras de ver y sentir, como cuando dice, sobre la vida como una plegaria grácil: «Recuerda lo amargo lo duro lo quebradizo ahí (adentro)/ rama suelta (piensa) sobre sí misma plegándose hasta el fondo/ ovillándose más (¿para quién?)/ al fondo la plegaria sigue sonando esa palabra-bambú (piensa)».
Pienso en esa rama suelta, en lo delicado. Y me quedan también esas voces ligeras dando vueltas encima del poema. Entonces pienso en sonidos que se acompañan: los tacos de una mujer corriendo por una calle embaldosada y solitaria, mientras desde alguna ventana suena un piano o una radio con una canción triste y un ladrido lejano; o el ruido de la lluvia frente al mar donde la gente pasa hablando, con las olas estallando y modificando el sentido del agua; o imagino a un poeta leyendo y explicando al mismo tiempo su canto y corrigiendo al instante. Todo esto sucede en estos versos gracias a un delicado equilibrio (entre el fondo y esta forma distinta, múltiple) que finalmente genera armonía y belleza.
Héctor Monsalve V.
*
Sóplame al oído (dijo) que no vaya a decir ninguna estupidez
al oído y luego a la boca (sóplame) (dime ahí) en lo cóncavo
ahí (desde ahí) que resuene tu voz en silencio adentro
tu voz con todos sus sonidos en silencio (en lo cóncavo)
—pensó— y pensó en ese caracol que es el oído
ese caracol que escucha la espiral —pensó también—
la voz entrando (o saliendo) por la espiral
(ahí sóplame) —dijo— al fondo de esa espiral arriba
la escalera de caracol?
—pensó— el vértigo de la caída
como si no pasara nada/ pero todo pasa
un susurro al oído —eso es todo— el aliento cálido que entra
—el caracol que se estremece— eso es todo
la vida —pensó— es un susurro
*
Se quiebra lo duro lo blando se pliega sobre sí mismo
plegaria (piensa sin saber por qué) la palabra es blanda
(piensas) resiste el duro viento palabra-bambú
—así de flexible— (piensa o recuerda) (no sabe bien)
bambúes desplegándose replegándose al viento
—gráciles— (alguien dice) la plegaria grácil
de ahí su fuerza de ave (dice) sin amargura
sin amargura alguna (piensa) se quiebra sobre sí misma
recuerda lo amargo lo duro lo quebradizo ahí ( adentro)
rama suelta (piensa) sobre sí misma plegándose hasta el fondo
ovillándose más (¿para quién?)
al fondo la plegaria sigue sonando esa palabra-bambú (piensa)
ese campo todo bambú —grácil— moviéndose al decir del viento
*
Se lanzan imperturbables al vacío los pájaros se lanzan
imperturbables (siente el pulso del tiempo) es octubre
y no hay ninguna red sólo el instinto que sigue el curso
del día del día a la noche ahí así (desata el nudo)
como lo hicieron los hombres de antaño que se lanzaban así
adentro afuera imperturbables (desata el nudo)
es más que tres palabras es más que un juego de lenguaje
tres pájaros uno detrás del otro siguiendo el impulso
el pulso del tiempo es octubre la mañana fría
sin redes se abre
*
mírate con la rosa en tu edad (dice el sueño que sueñas)
se detiene el lenguaje ahí adentro la rosa abre sus pétalos
adentro cada pétalo es espejo ojo que se abre hacia afuera
¿la rosa sueña? ¿o sueña el sueño que dice?
la rosa es un azor y vuela alto adentro cada pétalo es un ojo
un espejo que se abre hacia el mar ¿reflejo de qué?
se detiene el lenguaje y entra el azar el gesto dice
la rosa sueña el sueño que sueñas se abren sus párpados
mírate con la rosa (en el fondo nada el tiempo)
adán abre los ojos
la rosa se abre (dice el sueño que sueña)
* Curaduría por Víctor Vimos y Manuel Ramos Van Dick