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Segunda vuelta electoral

07 de abril de 2017 - 00:00

Observando todavía gente movilizada en protestas luego de la divulgación de los resultados de la segunda vuelta, me permito analizar sus antecedentes, hechos y conclusiones.

La transparencia de las elecciones se confirmó cuando se observó que:

En el 97% de las juntas receptoras del voto (JRV) se firmaron las actas de conformación de las mismas por parte de los delegados de los partidos políticos que permanecieron hasta el final, obteniendo las copias de las actas que les servirían para luego comparar con lo que iba registrándose en la página del CNE. De aquí se van despejando las primeras dudas: era falso que el sistema informático pudiera cambiar los resultados sin por lo menos la observación de los delegados políticos.

La misión de la OEA constató en forma aleatoria, con total independencia y sin comunicar al CNE sobre las JRV a realizar un muestreo, donde pudo comparar la información del CNE con las actas, determinando que no hubo inconsistencias ni discrepancias, como indica en su informe.  

La interrupción de 18 minutos producida en la página web del CNE por saturación y ataques a ella solo impidió el acceso de la ciudadanía vía internet en ese lapso de tiempo; pero había otras 4 plataformas de acceso a resultados de una misma fuente y en tiempo real. Pero prefirieron salir a protestar, conociendo que jamás se interrumpió el proceso electoral, pues todas las actas fueron escaneadas.

Se realizaron varias auditorías; todas con la participación de delegados de  los partidos que firmaron actas y en la que jamás tuvieron observaciones. Se contó con la presencia permanente de control político y observadores nacionales e internacionales.

No se presentó la totalización hasta no tener datos consolidados para evitar especulaciones, a pesar de que los medios de comunicación lo hicieron, sumando los resultados provinciales.
Las papeletas fueron impresas por el IGM y no por diario EL TELÉGRAFO, como pretendió engañar un actor político.

Ningún recinto electoral, centro de cómputo, Consejo Provincial o Nacional se quedó sin resguardo militar o policial en ningún momento, garantizando la seguridad del proceso en todo momento. Las protestas son posproceso electoral. Además, es falso que los kits electorales se entregaron 15 días antes de la elección.

Se establecieron los recursos: audiencias públicas provinciales para resolver 24 reclamaciones de 41.000 actas e inconsistencias, hecho que se dio aproximadamente a las 21:00 en cada una de las provincias con la presencia de los delegados políticos, donde se resolvieron 800 actas con inconsistencias numéricas o de ausencia de firma de los miembros de la JRV y posteriormente se subieron al sistema con la firma de los representantes de cada partido. Jamás se resolvieron en Guayas las más de 1.000 actas que Páez decía tener, porque nunca las presentaron.

Market e Informe Confidencial no realizaron exit poll, como lo dijo un actor político, secundado por medios de comunicación, engañando una vez más.

El sistema de escrutinio fue todo un éxito, con transparencia y con reconocimiento de la comunidad internacional. Se fortaleció la institucionalidad del CNE para futuros procesos.

De forma inédita se llegó a escrutar el 97% de actas en menos de 24 horas (jamás en la historia del país).

Habiendo escrutado el 99,73% de los votos, el CNE declaró irreversibles los resultados numéricos debido a que el 0,27% no cambiaría los resultados, así todos los votos hayan sido para el binomio Lasso-Páez. (O)

Vladimir Vargas Anda

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