Desde el Mundial de Atletismo de Sevilla 1999, el estadounidense Michael Johnson poseía el récord de 400 metros. Hasta el 14 de agosto de este año, nadie pensaba que se pudiera batir.

Pero el sudafricano Wayde van Niekerk no solo lo consiguió con una marca de 43,03 segundos, para obtener la medalla de oro en las Olimpiadas de Río 2016, si no que rompió el récord de 43,18 que estableció Johnson hace 17 años en Sevilla (España).

Ya era uno de los favoritos al ganar el oro el año pasado en el Mundial de Pekín. Pero pocos esperaban un récord del mundo, aunque él sí tenía fe. “Creía que podía lograrlo. Toda mi vida soñé con esta medalla”.

Iniciado como corredor de 200 metros lisos, a sus 24 años, es el único atleta del mundo que ha roto tres barreras, los 10 segundos en 100 (9,98), los 20 en 200 (19,94) y la de los 44 en 400 (43,03). A Río llegaba con su mejor marca estalecida en Pekín (43,48), cuando ya sorprendió al resto de favoritos, aunque esta temporada no había podido bajar de 44,11. A Kirani James, segundo, y Lashawn Merrit de nada les valió en Río bajar de 44, porque su rival fue más allá de sí mismo, más allá del récord.

“Gente como James y Merritt, también Johnson o Usain Bolt son mi inspiración en el atletismo”, declaró Van Niekerk. Se había convertido en figura de la especialidad el año pasado, al ganar en el Mundial de Pekín, manteniendo además un alto estándar en esta dura prueba.

Otra de sus características es el primer sprinter (abarcando velocidad pura y sostenida) que reúne una singular colección de marcas. Bajó los 10 segundos en 100 metros, los 20 segundos en 200 y los 44 en 400. El año pasado corrió los 200 metros planos en 19s.94c, en Lucerna. Y el 12 de marzo de este año en Bloemfontein marcó 9s.98c para los 100 llanos, una prueba que no corría desde sus tiempos de junior.

“¡Oh, Dios mío! Del carril 8 al récord del mundo”, dijo asombrado Michael Johnson, quien fuera medallista de oro en los 400 metros en los juegos de Atlanta 1996 y Sídney 2000. “Él es tan rápido. Nunca había vista a alguien hacer algo así de los 200 a los 400 metros”.

Wayde, quien es un apasionado por el fútbol e hincha del Liverpool inglés, logró unos parciales en su carrera que con tres de ellos podría haber estado en la final de los 100 metros planos que ganó al jamaiquino Usain Bolt minutos después. El sudafricano corrió en 10,7 segundos los primeros 100 metros, luego 9,8, 10,5 y 12 para lograr, al igual que lo hizo Bolt en Pekín en 2008, batir un récord de Michael Johnson.

El atleta nació el 15 de julio de 1992 en Ciudad del Cabo, se dedicó al principio al rugby (el deporte por antonomasia en Sudáfrica), pero llegó al atletismo cuando estaba en el colegio. A la edad de 12 años se mudó con su familia a la ciudad de Bloemfontein. Desde 2010 se dedicó por completo al atletismo. Ya concentrado en la disciplina, estudió marketing en la Universidad del Estado Libre de Sudáfrica.

Bajar la barrera de los 43 segundos es algo que parece al alcance de Wayde tomando en cuenta su progresión en los últimos meses, razón por la que tanto Johnson como muchos otros especialistas ya lo califican como el velocista del futuro o al menos el más completo, según un artículo de la BBC. (I)

Ana Sophia Botha entrena a Wayde desde 2012

El festejo en una de las gradas se hizo notar en el estadio olímpico Engenhao de Río de Janeiro. Una señora con el pelo blanco tenía motivos para tomarse el rostro y saltar de su asiento.

Anna Sophia Botha, de 74 años, estaba desbordaba de felicidad por el triunfo y el récord mundial del sudafricano Wayde van Niekerk en los 400 metros en los Juegos Olímpicos de Río. Detrás de los 43,03 segundos hay una historia que une a un joven de 24 años con una tatarabuela que cumplió 74.

¿Qué tiene que ver una mujer de Namibia con un atleta sudafricano? Muy sencillo: Botha es la entrenadora del sudafricano. Se llevan cincuenta años de diferencia. Cinco décadas y cuatro nietos. Una, corredora y saltadora en los años 60 y 70. El otro, un velocista que en 2013 luchaba contra las lesiones y tenía un futuro que se presentaba oscuro tras quedar a solo 2 segundos de la medalla de bronce en los 400 m de Londres 2012.

La entrenadora, a quien sus alumnos llaman ‘Tannie Ans’ (tía Ans), se fijó en Van Niekerk en 2010, durante el Campeonato Mundial Junior de Moncton, Canadá. En ese entonces, el sudafricano era un estudiante de bachillerato que quedó cuarto en la final de los 200 m.

Las lesiones musculares eran constantes en el deportista, pero su entrenadora cambió su régimen para sanarlo. Botha expresó que es dichosa porque no tiene ningún problema de salud, y eso es porque está ocupada con gente joven. (I)

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