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Ecuador, 28 de Marzo de 2024
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El Telégrafo
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Especial

La herencia neoliberal pasó factura a toda la sociedad

En marzo de 1998, luego de haber ganado la primera vuelta, Rodrigo Borja participa en un mitin político en Guayaquil.
En marzo de 1998, luego de haber ganado la primera vuelta, Rodrigo Borja participa en un mitin político en Guayaquil.
Foto: Archivo / El Telégrafo
31 de octubre de 2016 - 00:00 - Redacción Política

Un país afectado por el autoritarismo y violación a los derechos humanos; un Congreso y una Función Judicial alterados por la intromisión del Ejecutivo; una profunda crisis económica. En general, ese fue el panorama de Ecuador, en 1988, al finalizar el gobierno de León Febres-Cordero.

La política de represión extendió el ambiente de terror. Los organismos de investigación, seguridad y control del delito actuaron bajo el manto de la inpunidad; perdieron la confianza de la población.

Solo 100.000 niños de 5 provincias fueron atendidos en educación durante el período 84-88. En el país se registraron 463.000 líneas telefónicas urbanas y 13.650 en el área rural. Los ferrocarriles del Estado estuvieron paralizados. El sistema vial y las carreteras en general estaban en malas condiciones. El servicio de agua potable para el sector rural sufrió graves problemas.

En el plano social, los sectores marginales y pobres del país carecían de atención médica adecuada y de redes comunitarias para el desarrollo infantil y de vacunación generalizada. La seguridad social atendía a los afiliados en forma deficiente y la cobertura no pasaba de los 80 afiliados por día.

Las comunidades indígenas estaban desatendidas y marginadas. El salario mínimo vital no pasaba de los 19.000 sucres mensuales. A nivel internacional, las relaciones bilaterales y multilaterales se encontraban estancadas.

En materia económica, la deuda externa llegaba a $ 11.000 millones, la devaluación del sucre escaló a 438% y la inflación anual al 220%. El desempleo afectó a 400.000 ecuatorianos, y el subempleo, a  1,7 millones.

En lo político, la derecha traicional perdió terreno y creció el populismo y la centroizquierda.

Este escenario general mostraba un país en situación deplorable. En este contexto, según refiere el historiador Juan Paz y Miño, la llegada del nuevo gobierno de Rodrigo Borja significó “un momento de ruptura parcial del modelo empresarial de desarrollo, cuyas bases se habían puesto durante el gobierno de Febres-Cordero”. El catedrático agrega que, durante el gobierno socialdemócrata de Borja Cevallos, “de alguna manera se reivindicó el papel rector del Estado en diferentes áreas”. (I)

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EL HECHO RELEVANTE

El primer presidente de línea socialdemócrata surgió del liberalismo progresista ecuatoriano

Junto al proceso político de retorno a la democracia ecuatoriana, en 1979, nuevas figuras brotaron en el espectro nacional y pronto comenzaron a destacar, una de ellas fue Rodrigo Borja Cevallos, nacido en Quito, el 19 de junio de 1935. Hijo del liberal Luis Felipe Borja del Alcázar y Aurelia Cevallos.

Estudió la primaria en el Pensionado Borja y se graduó de bachiller en el Colegio Americano de Quito, a los 19 años. Ingresó a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central de Ecuador (UCE), donde dio sus primeros pasos en política: fue presidente de la Asociación Escuela de Derecho; luego se afilió al Partido Liberal Radical.

Para solventar sus estudios y gastos trabajó como locutor de radio HCJB La Voz de los Andes. También fue corrector de pruebas, mensajero parlamentario, reportero para una agencia de prensa extranjera; diplomático menor en la ONU y secretario de la Casa de la Cultura.

El joven amante del box, tenis, toreo, baloncesto y automovilismo, obtuvo su licenciatura en Ciencias Políticas y Sociales en 1958; dos años más tarde alcanzó el doctorado en Jurisprudencia en la UCE.

A los 27 años fue electo diputado por la provincia de Pichincha en las elecciones del 3 de junio de 1962. El golpe de Estado militar del 11 de julio de 1963 interrumpió su función de legislador. Esto le obligó a dedicarse a la docencia en la UCE.

En 1966, desalojada del poder la Junta Militar y restaurada la democracia, Borja se integró a la Comisión Especial de Abogados encargada de asistir a la Asamblea Constituyente, elegida el 16 de octubre, para elaborar la nueva Carta Magna del Ecuador. En 1967 se casó con Carmen Calisto.

Un acuerdo legislativo del Partido Liberal, a través del cual se afianzó al velasquismo en el poder -el denominado ‘Pacto Mordoré’- fue causa suficiente para que Borja Cevallos se desafilie de su tienda política inicial. Poco tiempo después, en 1970, fundó el partido Izquierda Democrática (ID).

Portadora de un ideario socialdemócrata al estilo europeo, la ID fue reconocida en mayo de 1978 y el Tribunal Supremo Electoral le asignó el número 12.

En 1979, la ID participó por primera vez en la lid presidencial, con Borja como candidato; se ubicó en cuarto lugar. Luego fue electo diputado. En 1984 perdió nuevamente la carrera hacia la Presidencia. Al tercer intento, en 1988, Rodrigo Borja ganó las elecciones y asumió el 10 de agosto de ese año. (I)

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