El personaje
El autor de la nogada más grande del mundo sigue innovando
El arte de la confitería está en sus venas. Hace 60 años sus padres comenzaron con la preparación de dulces tradicionales en el centro de Ibarra. Hoy, Víctor Núñez continúa con esta tradición.
Veinticinco años atrás, él inició su propio negocio de confitería con el que dio continuidad al nombre del negocio de sus padres: Ana de Núñez. Este año, su establecimiento ganó el premio Me sabe en la categoría de la hueca mejor decorada.
Todos los días Víctor se despierta muy temprano. La preparación de las nogadas —un tradicional dulce que es el producto estrella de su local— le toma aproximadamente 4 horas, de 05:00 a 09:00.
Posteriormente se necesitan otras 2 horas para empacarlas.
Según su esposa, Carmen de Núñez, Víctor es una persona tranquila y muy atenta con sus clientes, quienes son leales por la buena atención que reciben.
Motivado por rescatar y mantener la tradición de dulces como el arrope y las nogadas, el confitero se ha esmerado por crear nuevos productos; eso sí, cuidando que la esencia se mantenga.
Actualmente ofrece arropes de tamarindo y mango, sus 2 últimas creaciones exclusivas, ya que el tradicional es de mora.
En 2003 elaboró la nogada más grande del mundo. El confite de 4 sabores (maracuyá, coco, mora y panela) pesó 480 libras, relata entusiasmado.
Su próximo proyecto es realizar una nogada aún más grande, que espera pueda ser registrada en el libro Guinness de los Records. Quiere dedicar ese logro a su ciudad. (I)