Ecuador, 25 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Entrevista / Juan Camilo Rincón / Periodista y ensayista bogotano

"Ser colombiano seguirá siendo un acto de fe"

Juan Camilo Rincón, periodista y ensayista bogotano
Juan Camilo Rincón, periodista y ensayista bogotano
Foto: José Morán / El Telégrafo
14 de septiembre de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

Cinco días antes de su visita a Guayaquil, el colombiano Juan Camilo Rincón entrevistó al escritor y cineasta mexicano Guillermo Arriaga para el proyecto De Comala a Macondo: la relación de las regiones más transparentes de Latinoamérica, con el cual ganó una beca de investigación del Fonca, que lo ha llevado a dialogar con todos los autores que le puedan hablar de la relación entre su país y México.

Elena Poniatowska, Paco Ignacio Taibo, Mario Mendoza, Juan Gustavo Cobo-Borda o Jorge Franco estuvieron frente al autor, quien busca armar un rompecabezas que una dos fronteras.

En la más reciente Feria del libro de Guayaquil (FIL), el periodista recordó la relación entre Jorge Luis Borges y Julio Cortázar que empezó en las aulas de un colegio. Juan Camilo es autor de Ser colombiano es un acto de fe. Historia de Jorge Luis Borges y Colombia, y del libro ilustrado Viaje al corazón de Cortázar. El Cronopio, sus amigos y otras pachangas espasmódicas que se vendió en la FIL con una edición de la revista colombiana Libros & Letras, en la que participa. Rincón también tuvo tiempo de agrandar su colección sobre textos que hablen de los dos argentinos a quienes considera referenciales, en el nivel que Guillermo Arriaga respeta a Juan Rulfo.

Habla de regiones transparentes por la novela de Carlos Fuentes...

Sí, pero esa idea viene de Humboldt, quien llegó a México y lo describió así, como “la región más transparente”. Eso sirve para el resto de Latinoamérica, marca una relación con el pasado, antes de la llegada de los españoles, antes de la contaminación y destrucción de los años 50.

¿Qué tan transparente es el territorio colombiano ahora?

Es el país donde está más a flor de piel el alma latinoamericana, en esa dualidad de la violencia, la pasión y el deseo, tan cercanos; está todo. Un colombiano es una bomba de reloj que puede estallar en cualquier momento, para darle alegría a otra persona como para ponerlo en una situación de riesgo [ríe]. Esa dualidad es la que nos forma, nos ha generado un carácter y nos identifica también.

Hay distintos tipos de violencia...

En la pasión hay violencia, en la forma de bailar o en la manera que nos entregamos. La vaina es utilizarla o no para afectar a otros, allí es cuando entramos en desmesura, pero siempre hay mucha fuerza, en lo bueno o malo.

Si la paz se consolidara en Colombia, ¿cree que ‘ser colombiano continuaría siendo un acto de fe’, como escribió Borges en el cuento titulado Ulrica?

Fue una de las mejores descripciones, la que más nos representa. Desde que Bolívar le puso un nombre a estas grandes tierras, unificándonos, ese acto de fe está ahí, como concepto. Uno que se basa en la esperanza, como virtud nuestra, muy propia, porque los colombianos la manejan de cierta forma, sin rendirse a pesar de las bombas, como las de los años 80, que no impedían que se celebrara la Navidad, el fin de año. Todo eso lo lleva a uno a ver que hay que vivir más rápido, en cada momento y segundo. Un acto de fe es creer también en algo que nos unifica y por lo que hay que luchar, es un tema que tenemos que amar y defender en el futuro, sí.

Es un credo que no solo es cristiano, pese a la importancia de la visita del Papa, por ejemplo...

Él vino a hablar sobre la paz, un tema que hace que las personas que no apoyaron el plebiscito, en el que ganó el ‘no’, apoye de cierta forma la propuesta. La religión se usó para atacar el proceso y él dice que es bueno. Una paz no va a llegar a consolidarse si el pueblo no la apoya, pocos pueden firmarla, sí, pero si no hay un concepto de perdón y olvido no va a ser algo que dure y va a generar otras guerras y violencias. A la paz hay que llegar a través de la fe también.

Mario Mendoza es un autor que ha llegado a una mayoría de lectores que es inusitada. ¿Se cuestiona el estatus literario del autor de Satanás?

Es un escritor que analiza la literatura, con la novela que nombraste, él describió algo que faltaba, un momento muy importante, una ciudad violentamente fría. Es interesante porque Guimarães Rosa ya había descrito a Bogotá como “la cárcel de los Andes”. Mendoza la relató de una forma maravillosa, nos marcó y está estimulando a ciertos grupos de jóvenes a leer, y eso hay que apoyarlo, sin duda.

Él le ha ganado a la academia...

El problema de la academia es que crea conceptos, ideas o textos que la gente no entiende y la gente necesita encontrar una literatura con la que se identifique. (I)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media