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La historia del arte gay se exhibe en museos

Estas tablas, junto a una cuarta en colección particular, ilustran la Historia de Nastagio degli Onesti, octava novela de la quinta jornada del Decamerón .
Estas tablas, junto a una cuarta en colección particular, ilustran la Historia de Nastagio degli Onesti, octava novela de la quinta jornada del Decamerón .
Pintura de Sandro Botticelli
01 de julio de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura / AFP

Gays, lesbianas y transexuales tuvieron un importante papel en el arte a lo largo de la historia, desde la antigua Grecia al Renacimiento, pasando por el Japón del siglo XVIII y las tribus nativas americanas.

El Museo del Prado de Madrid quiere demostrarlo con un recorrido especial a través de su colección con ocasión de la World Pride 2017, la mayor celebración del orgullo de lesbianas, gays, trans y bisexuales (LGTB) que se desarrolla en estos días en la capital española.

Los visitantes pueden contemplar un busto de Aristogitón, agasajado junto a su joven amante Harmodio en la antigua Atenas; las pinturas de Botticelli, perseguido por sodomía; o de la artista francesa del siglo XIX Rosa Bonheur, quien vivió abiertamente con una mujer.

La ruta muestra que “en todas las culturas, en todos los tiempos, independientemente de cómo lo haya interpretado la moralidad y la religión, la homosexualidad es una realidad que existe y está pegada a la propia realidad del hombre”, dice el comisario Carlos Navarro.

En el libro A Little Gay History, su autor Richard Parkinson asegura que “el deseo hacia personas del mismo sexo parece haber sido parte de la experiencia humana desde los tiempos más antiguos”. “En un poema del antiguo Egipto de alrededor del 1.800 AC, un dios masculino intenta seducir a otro diciendo ‘¡Qué trasero más bonito tienes!’”, escribe el egiptólogo y excomisario del Museo Británico de Londres. “Puede ser el primer piropo de la historia de la humanidad y es entre dos hombres”, añade.

La ruta del Prado muestra 29 obras, algunas ya expuestas y otras nunca mostradas, para reflejar cómo la comunidad LGTB ha sido retratada en tiempos de intolerancia y en tiempos de aceptación.

Un ejemplo es el busto de Aristogitón, cuyas esculturas se exhiben normalmente junto a las de Harmodio, su amante, pues los antiguos griegos aprobaban las relaciones sexuales entre un hombre mayor, el erastés, y uno joven, el erómeno.

Ambos mataron a uno de los dos tiranos de Atenas en el 514 AC, una hazaña que llevó a la democracia. Tan agradecidos estaban los atenienses que les erigieron estatuas, las primeras del mundo clásico que no representaban a dioses sino a humanos y, para colmo, “a una pareja homosexual celebrada como instauradora de la democracia”, dice Navarro.

‘Escenas de la historia de Nastagio degli Onesti’, de Botticelli, se incluye en el recorrido para explicar el giro del artista renacentista tras su juicio público por sodomía, del que fue absuelto. En la Florencia del siglo XV, el arte clásico volvía a estar en boga y aumentaba el prestigio de esas sociedades antiguas que aceptaban la homosexualidad, provocando una severa reacción social.

Conmovido por su juicio, Botticelli empezó a seguir a Girolamo Savonarola, un fanático predicador que “identificaba la recuperación del mundo clásico con la llegada de la corrupción al mundo cristiano”, dice Navarro.

El artista, pionero en retratar la mitología clásica como evidencia su famosa obra ‘El Nacimiento de Venus’, lo repudió y destruyó muchas de sus creaciones. (I)

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