Jesús de Nazareth plantea un recorrido bíblico a través del arte

La muestra Jesús de Nazaret, vida, camino y arte establece un diálogo artístico con los espectadores, a partir de un guion museográfico que divide 142 obras religiosas.

La mayoría de ellas son anónimas y pertenecen al siglo XIX (a la era republicana) y no a la era colonial, como usualmente se describe. Gran parte de los cuadros, así como los trabajos escultóricos es anónima, siguiendo la tradición colonial en la que el trabajo era parte de una ofrenda y el nombre del autor se relegaba. El diálogo, a pesar de que según el guía Geovanny Chicala busca ir más allá de su carácter religioso, tiene como “única fuente” la Biblia (de acuerdo a su curador, el español José Carlos Arias).

“La gente sale de aquí llorando, rezando o feliz”, dice Nelly Espinel, directora del museo, en un recorrido por la muestra que reúne obras de la colección que perteneció al filántropo y banquero Nahim Isaías y que, en 2001, el Banco Central recibió como dación de pago del extinto Filanbanco.

Desde 2005, cuando se montó la muestra permanente Cosmogonías, esta es la primera vez que el museo, actualmente regido por la red de museos del Ministerio de Cultural y Patrimonio (MCyP), la cambia.

El primer montaje parte de la investigación de José Carlos Arias, quien actualmente se desempeña como director del Archivo Histórico de Loja. Entonces, Arias desarrolló un trabajo de investigación recopilado en un libro del mismo nombre como parte de un proyecto denominado ‘Amanecer colonial’.

Once años después, una vez que el MCyP retomara aquel proyecto, Arias dice no recordar nada sobre la investigación, solo que el guion tiene como única fuente la Biblia.

“Solo puede intentarse reconstruir artísticamente una parte pequeña de la vida de Jesús de Nazaret. Y es una pequeña parte porque si complicado fue escribir su vida, de la que tenemos 4 versiones canónicas y unas cuantas apócrifas, todavía lo es más pintarla y tallarla. Nada fácil dar sentido exegético, histórico y cultural a la historia de este personaje rodeado de pescadores odiados y perseguidos”, dijo en su momento Arias sobre el recorrido museográfico.

Agregó: “Este traje hay que cortarlo con la tela de un fondo que no estuvo pensado para ello, por lo tanto, va a ser muy interesante analizar e interpretar lo que tenemos, lo que falta y lo que interesaba a la Iglesia para explicar sus principios y verdades”.

El recorrido se divide en 17 espacios. Inicia con la anunciación a María sobre el hijo que tendrá y algunos momentos que no constan en la Biblia y que, de acuerdo a las tradiciones de la época, pretendían dar sentido a la narración sobre la historia como parte de su catequización en las Américas.

A pesar de que, según el guion museográfico, pretendía darse un sustento sobre este proceso, la presencia de representaciones indígenas sobre las obras religiosas son mínimas y se destaca en cuadros como La visitación (XVIII), Nacimiento (XIX) o San José (XIX).

De la época del virreinato sobresalen los trabajos de Bernardo Rodríguez y de la era republicana las obras de Antonio Salguero Salas, donde las representaciones se asemejan a las de pintores del Renacimiento, como Leonardo da Vinci.

Varias de las esculturas que se incorporaron al guion museográfico son de la muestra anterior, como La virgen del pajarito, que es la pieza más antigua de la colección, del siglo XVI.

Dentro de las etapas bíblicas se resalta el encuentro de Jesús con la samaritana y el camino al Calvario, donde se montan cuadros de Luis Mideros y Eduardo Kingman, los más contemporáneos de la exhibición. (I)