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El Desembarco Poético rompe los viejos moldes del quehacer literario

El Desembarco Poético rompe los viejos moldes del quehacer literario
15 de noviembre de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Ernesto Carrión (Guayaquil, 1977) confiesa que, a veces, ha hecho de la poesía un aliciente para los malos tiempos, pero también para llevar un registro de lo que ha vivido.

Lo acontecido con su padre -fallecido en 2015, en trágicas circunstancias- fue  una especie de coto definitivo a un quehacer poético que halló cauce propicio en 13 libros publicados y dos inéditos, la mayoría fue premiada dentro y fuera del país.

Uno de estos textos, Un hombre futuro, está dedicado a revivir la memoria de su padre. Después de eso, decidió huir de la poesía y refugiarse en la narrativa.

Cosa contradictoria o paradójica, pese a este desencanto con el oficio -muy particularmente también está convencido de que la poesía debe escribirse mientras se está joven-, el poeta no pierde el entusiasmo cuando habla del Desembarco Poético 2016, del cual es su mentalizador desde hace cinco años.

“Este año tenemos invitados internacionales, lo hacemos con el auspicio del Municipio y del Ministerio de Cultura. Lo que más me gusta del Desembarco Poético es que siempre sucede de una forma distinta, no se repite. El primero duró solo un día. Ya la segunda vez fueron tres días y creamos el Premio Nacional de Poesía Emergente para menores de 30 años”.

Parte decisiva de este éxito es que los jurados son internacionales, porque “eso, de alguna manera, libera y limpia de ese canon poético que nos han querido imponer siempre desde Quito. Eso pasó por muchas décadas, siempre la cultura ha sido centralizada, ahora ya no”.

Ernesto Carrión, poeta guayaquileño que lleva adelante,   hace cinco años, la realización del Desembarco Poético.

“Esa poesía del silencio -prosigue-  de los 90 que proponían desde Quito y que a gente de Guayaquil también le gustaba, ya se acabó. Una vez que se rompen las barreras, que hay internet, que hay blogs, que hay información circulando libremente, una vez que hay algo así, ya no hay cabida para el canon nacional”, señala Carrión, quien lo cataloga como una tradición nefasta.

Sobre Tyrone y su “pánico”

Respecto a la última obra ganadora del certamen y a su autor, Introducción al pánico, de Tyrone Maridueña, cree que se trata de un autor que “ha ido cobrando importancia en la ciudad. Este premio es de trascendencia para él, sobre todo por quienes dan el premio; si ustedes revisan el jurado... Podría arriesgarme a decir que son los mejores poetas en sus países”.

Se refiere a Luis Manuel Pérez Boitel, de Cuba; Miguel Idelfonso, de Perú, y León Félix Batista, de República Dominicana.

“El libro, me parece, ha sido un acierto del jurado, es una poesía que arriesga bastante, se la ve muy valiente, intenta no convertir la poesía en aquello que era considerado tradicionalmente y que algunas personas todavía creen que es, un objeto bello, de contemplación, sino como algo que sacuda y agite al lector. El libro de Maridueña acude precisamente a eso, a cambiar la noción de lo que en verdad es un poema”.

Considera que ganar el concurso ha sido una ventaja para los autores, porque les ha dado notoriedad.

“Por ejemplo, Pablo Flores luego se ganó una beca en España, Luis Franco obtuvo un premio en México con otro libro y Mónica Ojeda tiene notoriedad como narradora. Me parece que, hasta ahora, siempre ha acertado el concurso”.

La poesía es cosa seria

Respecto al aporte del certamen literario como elemento dinamizador de la cultura nacional, Carrión cree que este ha sido importante.

“Cuando yo empecé a leer y a escribir tú solo tenías un espacio que era Barricaña, o a veces la Casa de la Cultura, era muy poca gente la que hacia esto. Ahora hay un montón de chicos escribiendo poesía, gente motivándose desde las universidades. La misma situación de las redes sociales, del Facebook, los blogs. Lo malo está en no tomarlo con la seriedad que debe tener. Hay que ser muy cuidadoso con eso. Como ahora vives en un mundo donde todo es espectáculo, pensar que hacer poesía también es un espectáculo”.

Se muestra particularmente ácido con la literatura del pasado.

“La literatura nacional es de tan mala calidad porque ha vivido en  un círculo de autocomplacencia, de autohalago. ¿De verdad quién va a las librerías y compra esos libros que nos han impuesto como que son los más importantes del país? ¡Nadie! Es una falacia, la literatura nacional está basada en falacias”.

Lo atribuye al amiguismo que viene desde las universidades, desde los medios de prensa, que solo cubren a autores que les dicen que son los importantes.
“Hay libros que han cumplido 50 años que nadie los está leyendo”.

Los invitados de afuera

“Viene Carmen Ollé, una de las más importantes del Perú, egresada de la Universidad de San Marcos. Es una poeta de un vigor incomparable, entre lo filosófico y lo coloquial, poemas de largo aliento, muy fuertes. A nivel de Hispanoamérica es una de las más importantes. Viene Ernesto Lumbreras, poeta mexicano, con algunos premios en México, con un poemario que se llama el Cielo, y que es una belleza”.

Otro de los invitados es Benito del Pliego, oriundo de España que, según Carrión, forma parte de los poetas españoles que se han desmarcado de la poesía de la experiencia tradicional y han apostado por una poesía más innovadora.

“También contamos con la presencia de Miguel Idelfonso, uno de los poetas más importantes del Perú, con algunos reconocimientos nacionales e internacionales.”

Entre los invitados destacados menciona, asimismo, a Luis Manuel Pérez Boitel, quien dará el taller gratuito, para 12 personas, “Aproximación a la poesía”. (I)

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