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Ana Wiesner fue más maestra que bailarina de danza clásica

La directora, quien estudió danza en Ucrania, falleció el martes pasado a causa de un cáncer que le fue diagnosticado hace dos años.
La directora, quien estudió danza en Ucrania, falleció el martes pasado a causa de un cáncer que le fue diagnosticado hace dos años.
Foto: cortesía
29 de diciembre de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

El cuerpo de Ana Wiesner (1961-2016), aunque había dejado de bailar en los últimos años, siempre estuvo en constante entrenamiento mientras dirigía coreografías de danza clásica. Era más maestra que bailarina y su primer contacto con el ballet se dio cuando era una niña.

Ella se caracterizaba por ser vehemente en el montaje de cualquier obra. Tenía claro qué deseaba presentar en el escenario; nada era improvisado.

José Miguel Salem, director de Danzas Jazz, recuerda a Ana Wiesner como una formadora de balletistas profesionales: “Técnicamente tenía todos los conocimientos para crear primeras figuras”.

La maestra y coreógrafa en su adolescencia realizó sus estudios en la Escuela de Ballet de la Casa de la Cultura. Luego logró convertirse en la primera bailarina del Ballet de Guayaquil y fue favorecida con una beca en la Escuela Estatal Coreográfica de Kiev-Ucrania, desde 1981 hasta 1984.

Wiesner creó en 1996 su propia Escuela Rusa de Ballet de Guayaquil. Formó a varias generaciones de balletistas a través de la técnica Vagánova, la cual se enfoca en el uso efectivo de todo el cuerpo en cada movimiento, creando bailarines más virtuosos y con líneas de trabajo muy limpias. Su último grupo de 100 alumnas culminará sus estudios el próximo 26 de enero.

Mónika Cuesta, quien fue alumna de Wiesner, manifiesta que  ella puso en alto la vara de la enseñanza y la ejecución de la danza en el país. “Donde estaba la mano de Ana, el resultado era de calidad; desde las obras que presencié hasta los alumnos que pasaron por ella”.

Como colega pudo ser testigo de su trabajo incansable. “A pesar de cualquier dolor intenso, fiebre, altas horas de la noche, no había motivo que la hiciera disminuir el nivel o energía con que ensayaba o impartía clases”, enfatiza Cuesta.

Yesenea Mendoza dice que Wiesner fue un estribo del arte, una columna de la danza clásica y una verdadera reina del ballet: “La calidad, el carácter, la casta, la aptitud, la clase, es el legado que deja”. (I)

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